Cómo mejorar la comunicación conyugal

Pistas para mejorar la comunicación conyugal

Parece natural que teniendo todas las personas la capacidad de hablar, también tengamos la capacidad de comunicarnos, pero no es así. Porque comunicarse, no es sólo hablar, hablar y hablar. Yo puedo hablar mucho y no comunicar nada. Comunicarse es entrar en contacto con alguien, es penetrar de algún modo en el mundo del otro. Es darle participación de lo mío. La comunicación supone un contacto, una relación entre las personas que participan en ella.

La comunicación en la familia es como el sistema circulatorio del ser humano. Si hay bloqueos arteriales es posible que se produzca un ataque al corazón. De la misma forma, un bloqueo en la comunicación entre papá y mamá daña a los hijos y destruye el clima familiar.

Cuando hablamos de comunicación no sólo debemos pensar en palabras, oraciones o frases. Eso es lenguaje. Nos referimos a aquello que expresamos, si, a través de las palabras pero también del tono de voz, la mirada, los gestos, la expresión facial, el lugar elegido para comunciarse, incluso la hora pueden influir en el éxito o fracaso de la comunicación.No es sólo lo que decimos lo que nos afecta sino tambén cómo lo decimos.

Alguien ha dicho que el matrimonio es, entre otras cosas, cincuenta años de conversación. Es una idea sugestiva. Si el matrimonio es un proyecto de dos, tiene que estar continuamente realimentándose con las aportaciones de uno y otro.

Habrán de compartir todo lo que tienen en común, y eso exigirá una comunicación fluída. El amor es como un fuego sino se comuncia se apaga. Al casarse, los cónyuges pretenden algo en común: ser felices mutuamente, tener hijos y formar familia. En la base de esa felicidad familiar está la comunicación familiar.

Es un hecho que la vida matrimonial cambia con el tiempo y las circunsitancias, las personas evolucionan y la propia relación de los esposos varía con el tiempo. El cambio puede ser favorable o desfavorable; puede convertirse en algo mejor o suponer por el contrario un retroceso o también esa vida matrimonial puede quedarse estancada.

Habrá buena comunciación conyugal si, además de saber lo que quiero decir, se cómo decirlo porque conozco a quien me va a escuchar: hay buena comunicación con buen conocimiento.

Si como se dice, rectificar es de sabios, habría que hacer más énfasis en la necesidad de empezar de nuevo cada día, renovando tanto la afectividad como los proyectos. El silencio y la poca comunicación conyugal pueden ocultar conflictos para la convivencia familiar. Cuando el objetivo es claro se camina… en la misma dirección.

Dentro de ese tan rico y variado que compone la comunicación conyugal pueden distinguirse siete temas fundamentales:
– 1er. Pilar: los hijos – el hogar
– 2do. Pilar: el trabajo profesional

– 3er. Pilar: los sentimientos y los afectos – 4to. Pilar: los valores
– 5to. Pilar: la sexualidad en el matrimonio – 6to. Pilar: la familia carnal y política

– 7mo. Pilar: dinero y economía doméstica

Si pensamos que la comunciación es necesaria en el matrimonio podemos tener en cuenta los siguientes ingredientes:

– Dedícale tiempo al otro.
– Sal sólo con tu cónyuge con alguna frecuencia.
– No te limites a «sacarla» de casa, preocúpate de salir con ella al sitio que a ella le agrade.
– Cuando te hable, no te limites a oir, deja la TV, mírala a los ojos. Se enterará de que la escuchas. – Comienza y recomienza cuanto sea necesario. Los errores son para superarlos.
– Hazle sentir como necesario en la relación conyugal. Busca su compañía.
– No le critiques ante las amistades, menos aún cuando no esté presente.
– Recuerda fechas importantes.
– Búscale al llegar a casa.
– Prefiere a tu cónyuge antes que a las amistades. Recuerda que el amor es el mejor condimento.

Autor: Beatriz Meloni Yanase