La eutanasia
La eutanasia: ¿opción individual o problema social?
La autonomía del paciente no puede ser la razón principal para aceptar la eutanasia y el suicidio asistido, sencillamente porque el médico es el que la realiza.
El médico tiene el deber de cuidar y preservar la vida. Es éste un derecho histórico del paciente. El supuesto ‘derecho’ a decidir la propia muerte colisiona con el deber del médico.
Terminar con la vida de otra persona libre e intencionalmente, aun con buenas intenciones, influirá en el médico y cambiará su actitud hacia todos los demás pacientes, tanto competentes como incompetentes. Por lo tanto, la eutanasia afecta a otros pacientes y no puede considerarse como un asunto privativo del paciente individual y su médico. Nos concierne a todos. Es de aceptación general, que la eutanasia y la ayuda al suicidio hacen cambiar la actitud del médico hacia los demás pacientes.
Los cambios que se han producido en Bélgica y Holanda han mostrado al mundo en general y a las propias Comisiones oficiales de control en particular que: “Legalizado inicialmente bajo estrictas condiciones se ha convertido en un acto normal e incluso ordinario …/…El silencio por parte del establishment político ha dado lugar a una sensación de impunidad por parte de los médicos implicados y una sensación de impotencia por parte de aquellos preocupados por cómo están evolucionando las cosas” ( texto oficial de la Comisión de evaluación de Bélgica).
Otra prueba de lo que supone aceptar la “autonomía para el suicidio” es que ha surgido en Holanda la Asociación de Pacientes Holandeses y la Fundación Santuario que distribuyen “pasaportes para la vida”, que los pacientes pueden llevar consigo indicando que en caso de urgencia médica no quieren que se ponga fin a su vida, ante la situación de peligro y desconfianza generados!.
Finalmente, el análisis ha llevado al Consejo de Europa a establecer la Resolución 1859 (2012) prohibiendo la eutanasia en todo caso (art. 5) e indicando que no se aplicarán instrucciones previas o testamentos vitales contrarios a la ley o a las buenas prácticas (art. 7.4) .
Esto último quiere decir que la autodeterminación del paciente al final de la vida debe seguir estando sujeta, lógicamente, a las mismas condiciones que en el resto de la vida: a las buenas prácticas médicas.
Y una buena práctica médica se logra mediante Cuidados Paliativos profesionales,que es lo que necesitamos desarrollar para beneficio de …todos los pacientes.
Dra .María Alonso. Fuente: Profesionales por la Etica.Grupo Vida Digna.