Mi novio quiere tener relaciones conmigo

Mi novio me dice que ‘físicamente’ necesita tener relaciones conmigo: ¿existe en verdad esta ‘necesidad física’?

Respuesta:

Estimada C.:

Ante todo te felicito por tus claras convicciones. Lo que piensas acerca del noviazgo y del matrimonio es muy acertado. Y lo más importante de todo: de vivir del modo que te ha enseñado tu madre depende la felicida d del matrimonio.

En el matrimonio el sexo es algo muy importante; pero no es lo más importante y sobre todo: no es lo únic o importante. El noviazgo se ordena, entre otras cosas, a demostrarse que pueden quererse y amarse aun cuando no puedan tener sexo durante algún tiempo. En la vida matrimonial hay muchas circunstancias en las cuales no se pueden tener relaciones sexuales porque uno de los dos no puede hacerlo: durante cierto tiempo del embarazo, después de un parte, en algunas enfermedades, etc. etc. ¿Serán capaces de amar se afectiva y espiritualmente sin faltar a la fidelidad? ¿Podrás ser la única mujer de tu esposo, aunque no puedas tener relaciones con él en algunos momentos? Esto hay que responderlo en el noviazgo. ¿Cómo? Demostrando que se aman sin exigirse algo que no pueden darse todavía (por no estar casados).

Esto no es algo que tu novio pueda ignorar. De cómo lo eduques en el noviazgo dependerá en gran medida el cómo será cuando te cases con él.

No tengas miedo en quedarte para vestir santos. Si eres virtuosa y exiges virtud en tu novio, no podrá faltarte un buen esposo.

En segundo lugar, no hay ningún hombre (y ninguna mujer) que tenga tales necesidades físicas de ejercer su sexualidad que no pueda contenerse. Sólo una persona psíquicamente enferma puede pensar en ‘impulsso irresistibles’. Tu novio debe demostrarte que es capaz de mantener la castidad durante el noviazgo, es decir de que es normal; de lo contrario, cuando estés casada con él, te engañará con otra mujer cuando vue lva a sentir esos deseos físicos y tú no puedas responderle adecuadamente por enfermedad, indisposición o por cualquier otra cosa.

El decirte que los demás pueden pensar que es homosexual si no tiene sexo contigo es una excusa. Si te ama y quiere respetarte, ¿qué le importa lo que piensen los demás? Además, son justamente algu nos

homosexuales los que tienen relaciones con mujeres (e incluso se casan) para que los demás no piensen que son homosexuales (hay casos famosos).

Finalmente, no es verdad que la Iglesia permita el sexo fuera del matrimonio en los hombres y no en las mujeres: fuera del matrimonio, todo acto sexual es ilícito tanto para el hombre como para la mujer. Como enseña el Catecismo de la Iglesia Católica (nn. 2348-2349): ‘Todo bautizado es llamado a la castidad. El cristiano se ha ‘revestido de Cristo’ (Ga 3,27), modelo de toda castidad. Todos los fieles de Cristo son llamados a una vida casta según su estado de vida particular. En el momento de su Bautismo, el cristiano se compromete a dirigir su afectividad en la castidad. La castidad debe calificar a las personas según los diferentes estados de vida: a unas, en la virginidad o en el celibato consagrado, manera eminente de dedicarse más fácilmente a Dios solo con corazón indiviso; a otras, de la manera que determina para ellas la ley moral, según sean casadas o célibes. Las personas casadas son llamadas a vivir la castidad conyugal ; las otras practican la castidad en la continencia. ‘Existen tres formas de la virtud de la castidad: una de los esposos, otra de las viudas, la tercera de la virginidad. No alabamos a una con exclusión de las otras. En esto la disciplina de la Iglesia es rica’ [San Ambrosio]’.

A continuación transcribimos un mensaje que nos hizo que nos hizo llegar un joven después de haber ledío este artículo

P. Fuentes:

Es la primera vez que yo ingreso en esta página, y lo primero que me interesó fue este apartado de problemas en el noviazgo.

Leí sobre la experiencia de la señorita que ha tenido dificultades con su pareja por el problema de las relaciones sexuales antes del matrimonio, yo me identifico con ella porque yo también pasé por allí, adem ás este es un problema que está atacando mucho a los noviazgos; y yo no logré mejorar hasta que decidimo s hablar con nuestro párroco.

Yo he visto a través de la experiencia la gran ayuda que uno recibe al consultarlos, pero no niego que el pecado de la fornicación nos engaña y nos hace sentir vergüenza para evitar consultarlos.

Aconsejo que consulten con su párroco lo más pronto posible, ya que lamentablemente mi noviazgo termin a consecuencia de no hablar a tiempo, y cuando lo hice, la relación ya estaba muy dañada, incluso teníamos plan de casarnos y todo se acabó. No hay que darle ocasión al demonio de tentarnos, y si están es nua comunidad pidan a los otros miembros que recen por ustedes para no caer en tentación, asimismo también ellos los cuidarán, para no estar solos en casa, en lugares oscuros, etc.

Bueno, me despido pidiendo bendiciones de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen Madre Maria para que este servicio siga ayudando a los Jóvenes.