Exhortación Obispos de Paraguay

Exhortación Obispos de Paraguay

para cuidar la calidad moral y ética de las leyes que afectan a la vida y a la familia

                                                                        

Introducción:

Reunidos en nuestra última Asamblea Plenaria Ordinaria del año, los Obispos del Paraguay expresamos nuestras reflexiones y afirmaciones sobre algunos proyectos de leyes que están siendo presentados en el Poder Legislativo de la Nación.

Estos proyectos buscan legislar sobre realidades centrales de la vida humana como: La salud sexual, reproductiva y Materno Perinatal, la lucha contra toda forma de discriminación, contra la violencia hacia la mujer, la paternidad y maternidad responsable, la implementación de una educación sexual integral, la ley de la Juventud y modificaciones en la ley del divorcio.   La legislación en este ámbito debe buscar ante todo favorecer el desarrollo integral y sustentable de nuestro pueblo, ayudando a todos los habitantes de nuestro país  a lograr una mejor convivencia y una vida más digna.

Para que eso sea posible, las citadas leyes deben asumir, entre otras cosas:

Valor de la Vida

Reafirmamos la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural tal como está consignada en nuestra carta magna.

Es necesaria una adecuada escala de valores que sitúa a la vida como el primer y fundamental valor, sustento de todos los demás valores. Las leyes deben favorecer siempre la vida, y brindar todas las condiciones para el  desarrollo  pleno del ser humano.

El Papa Benedicto XVI afirma claramente que no puede existir un verdadero desarrollo social y una ética social, si se disocian de la ética personal y de la defensa de la vida de cada ser humano.

Claridad en la visión antropológica

Vivimos en una sociedad pluricultural que exige un diálogo intercultural basado en la búsqueda de la dignificación humana por medio del amor y la verdad.

Reconocemos la existencia de diversas visiones antropológicas que se pueden enriquecer en mutua interrelación. Lastimosamente hay algunas propuestas que pretenden edificarse sin el reconocimiento explícito de los valores trascendentes humano-cristianos con el riesgo de reducir la visión y el concepto del ser humano a un dato meramente de construcción cultural permitiendo su sometimiento y la manipulación.

Por ello, es necesario que este tipo de legislación, presuponga un concepto antropológico, para mantenerse fiel a la identidad que ha forjado del ser paraguayo y el de sus familias. Las leyes deben expresar y destacar de forma clara, sin ambig?des,  la riqueza del sentido de la vida, así como promover y fomentar la educación dentro de la cual se manifiesta  la sexualidad humana en sus dimensiones físicas, psicológicas y espirituales del ser varón y mujer.

Solo desde estos planteamientos antropológicos, en diálogo intercultural, es posible el desarrollo de leyes que busquen una educación para la auténtica madurez del ser humano, permitiéndole desarrollar el sentido de responsabilidad de sus actos, y prepararles para asumir una paternidad y maternidad responsables.

El Valor y la misión de la Familia

La defensa y la protección del desarrollo de la familia, es un deber del Estado, porque ella es la base de la sociedad y contribuye a la estabilidad de la convivencia social. La familia por medio del matrimonio, está llamada a cumplir una misión específica en la sociedad y ocupa un lugar esencial, por lo que se la debe promover, apreciar e impulsar. Para ello, el Estado debe proveerla de medios para que pueda cumplir, de forma más eficaz, su función de primera formadora de los hijos.

El Estado, sólo de forma subsidiaria y en dialogo con la familias, tiene que ayudar a las mismas en esta función. Ella es fundamental para garantizar el proceso de madurez humana siendo la primera escuela de aprendizaje del valor de la propia identidad y del sentido de la vida.

Reconocemos las dificultades y limitaciones que tienen nuestras familias, lo que nos lleva a comprometernos con ellas en la superación de las mismas, sosteniendo su identidad, su dignidad y el respeto al derecho a la vida frente a los intentos de menoscabar el ideal de familia de nuestro pueblo.

Responsabilidades inalienables de los padres

Por lo tanto, en las leyes relacionadas con la familia y la educación deben colaborar los legisladores con los padres y las madres para que asuman plena y responsablemente su maternidad y paternidad, concientizándolos de la necesidad impostergable de involucrarse en la vida cotidiana de sus hijos, acompañándoles y orientándoles oportunamente en todo momento y situación. Ninguna institución debería sustituir el rol educador fundamental de la familia. Sin la participación activa de las mismas, no hay educación plena.

En el contexto social actual, en que cada vez se necesitan más habilidades, conocimientos y adiestramientos para la inserción activa en la sociedad, los padres tienen el derecho de la tutela efectiva de sus hijos hasta la mayoría de edad, es decir, hasta los 18 años de edad. La autoridad de los padres es fundamental en una etapa tan delicada como la adolescencia, en que ellos buscan y forjan su propia identidad.

Creemos conveniente acompañar al pueblo y en especial a la juventud paraguaya, integralmente en sus necesidades reales, no solamente presentando supuestas soluciones, que luego generan complicaciones más serias y traumáticas. Los padres tienen el derecho de expresar su preocupación sobre todo proyecto de ley cuyo contenido sea ambiguo o capaz de lesionar la integridad, el respeto y la coherencia de los valores familiares reconocidos en la Constitución Nacional.

Exhortamos a todos los legisladores[8], especialmente a los de fe cristiana, a analizar  las leyes con criterios firmes y a discernir las mismas, guiados por los principios éticos y morales que recogen los valores universales y que tienen como centro la dignidad de la persona humana. Les pedimos que en sus acciones siempre busquen el bien común y el beneficio de todos. En definitiva,  les alentamos a que sean fermento del Reino de Dios en el delicado ámbito en el que les cabe desempeñarse como políticos.

Así también, emitieron en otro documento un comunicado sobre algunas recomendaciones con respecto a las elecciones municipales del domingo

VOTAR ES UN DERECHO Y UNA RESPONSABILIDAD

LA PARTICIPACION, CLAVE PARA EL PROCESO DE CONSTRUCCION  DE LA DEMOCRACIA

Ante los comicios municipales, que se celebrarán el próximo 7 de noviembre, los Obispos del Paraguay realizamos las siguientes reflexiones.

El voto es un derecho y un deber de todo ciudadano. Es una valiosa conquista de la cultura cívica; contiene, implícitamente, el prerrequisito de que el ciudadano se informe y se instruya sobre la importancia y el valor del acto de concurrir a las urnas a expresar sus preferencias electorales. El voto debe ser el resultado de una opción libre y fundada del ciudadano, consciente de sus deberes cívicos. El proceso democrático de un país se construye y fortalece con la participación activa y constructiva de los actores que lo conforman.

Hoy más que nunca, nuestro país requiere de la participación de todos los sectores,  en este proceso de construcción democrática. Las  elecciones municipales serán  una oportunidad magnífica que no se debe desaprovechar. La participación ciudadana en los procesos de elección no constituye una mera formalidad que se realiza como rutina sino que, por el contrario, representa la esencia y la justificación del sistema democrático.  Sin la masiva participación de la gente, la democracia carece de sentido porque las autoridades electas pasan a representar a una elite y no a la mayoría.

Recomendaciones generales

A los electores

Es necesario que cada ciudadano, antes de decidir su voto,  realice lo siguiente:

A – Analizar objetivamente el perfil de cada candidato

B – Conocer los principios y valores de cada candidato

C – Valorar la trayectoria política y la labor en la función pública

D – Evaluar el equipo de trabajo

E – Estudiar las propuestas o programas que pretenden ejecutar desde la función pública.

Se deben rechazar los viejos vicios como el soborno, la aceptación de dinero que pretenda comprar la conciencia y  los votos en los comicios municipales, porque no condice con la práctica democrática y la construcción de una ciudadanía responsable.

A los candidatos

A los candidatos, especialmente a los cristianos, pedimos que tengan en cuenta la siguiente exhortación: «Quienes son o pueden llegar a ser capaces de ejercer este arte tan difícil y tan noble que es la política, prepárense para ella y procuren ejercitarla con olvido del propio interés y de toda ganancia venal. Luchen con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresión, contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido político; conságrense con sinceridad y rectitud, más aún, con caridad y fortaleza política, al servicio de todos»  Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes nº 75.

Los comicios municipales del próximo domingo, constituyen una excelente oportunidad para dirigir correctamente el rumbo de nuestras comunidades, forjando una sociedad más justa, equitativa y solidaria en el devenir histórico de nuestra amada Nación. Con mucha confianza en nosotros mismos, en nuestra capacidad de decidir correctamente, concurramos todos a las urnas para elegir a los mejores hombres y  mujeres que nuestras comunidades necesitan.

Pedimos la bendición de Dios, bajo la intercesión de nuestra Madre La Virgen de los milagros de Caacupé y de San Roque González y compañeros mártires.

Los Obispos del Paraguay

Asunción, 04 de octubre de 2010