Ser mejores padres

INTRODUCCION

 

 

 

El papel fundamental que , hoy, se plantean muchos padres es la dificultad enorme que encuentran en sus hijos cuando son jóvenes.

Unos comentan que se les han ido de las manos sin saber por qué.

Otros, más al loro de las corrientes y del pensamiento, de las “movidas” y centros de atracción juveniles viven la experiencia grata de ver cómo sus hijos se mantienen alejados de las coordenadas de esta sociedad de consumo.

Son conscientes de que cada época tiene sus alternativas y, en lugar de quejarse de ellas, las estudian , las viven a su modo y manera.

Se mantienen en contacto con sus hijos. Estudian en el calor del hogar todas estas corrientes. Los padres se dan cuenta de que los hijos se sienten felices al contemplar en los padres personas puestas al día, dialogantes, tolerantes y exigentes al mismo tiempo.

Los hijos, por su parte, disfrutan de la presencia de sus padres al observar en ellos que, aunque vayan envejeciendo, se conservan jóvenes en el alma. Toman conciencia de que trabajan mucho por ellos, dialogan sobre temas familiares, sociales, económicos. Están al día de cómo van las cuentas en el banco, de lo que cuesta cada cosa y de la salud quebradiza del padre o la de madre.

Ven juntos la televisión. Eligen los programas adecuados, o la música que gusta a todos. Y, con toda naturalidad, discuten lo que la TV ha dicho o el tema de la canción.

Estos padres dan vida, envuelven el hogar de una atmósfera en la que el chico o la chica se sienten a gusto.

Todos participan de todo. La vida religiosa ocupa un lugar privilegiado en el hogar. Tienen incluso un rinconcito en el que cada día hacen oración con una constancia y devoción que cala en los hijos honda y profundamente.

Los domingos van todos juntos a la Eucaristía. Ellos con sus amigas o amigos, unidos como una sinfonía en torno a Dios.

Estas páginas están pensadas para los jóvenes que se preparan para celebrar el matrimonio y también, por supuesto, para todos los padres que quieran seguir viviendo su misión como algo totalmente humano y divino al mismo tiempo.

Hay páginas que destilan un pesimismo grande. Son fruto de esos padres e hijos que no han sabido adaptarse a esta sociedad, se quejan de ella y, sin embargo, no hacen nada por mejorarla.

Con ánimo, os saluda

Felipe Santos, Salesiano

 

 

INDICE

 

Capítulo I

A modo de aperitivo para que pienses: 1-6

Capítulo II

La carrera para el matrimonio

¿Qué debes hacer?

Para el diálogo                                     6-9

Capítulo III

Matrimonios que se cuestionan tener o no hijos

¿Tener hijos? ¿Para qué?                 9-11

Puntos para el diálogo

Capítulo IV

 

Matrimonios con hijos

  1. Padres responsables
  2. Obra común 11-13

Capítulo V

 

El hijo, médico de los padres

Un segundo hijo

Puntos para el diálogo                                   13-14

 

Capítulo V

Los cuatro pilares de un hogar

  • La oración, respiración de la familia
  • El perdón, el mejor tranquilizante

La confesión sacramental

Puntos para el diálogo                                   14-19

 

Capítulo VII

 

  • El compartir: oasis en donde renace el amor herido

Puntos para el diálogo                                   19-21

 

Capítulo VIII

“ Yo soy el Pan vivo. Quien lo coma vivirá para siempre”

Puntos para el diálogo                                   21-28

 

Capítulo IX

Escala de valores en una familia

Puntos para el diálogo                                   28-33

 

Capítulo X

Los binomios de muchos jóvenes

 

Intervención educativa de los padres ante estos binomios

33-41

 

 

 

 

 

Anota las frases que más te pueden ayudar para hablar con tus hijos

 

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

11.

12.

13.

14.

15.

16.

17.

18.

19.

20.

21.

22.

23.

24.

25.

26.

27.

28.

29.

30.

31.

32.

33.

34.

35.

36.

37.

38.

39.

40.

41.

42.

43.

44.

45.

46.

47.

48.

49.

50.

51.

52.

53.

54.

55.

56.

57.

58.

59.

60.

61.

62.

63.

64.

65.

66.

67.

68.

69.

70.

71.

72.

73.

74.

75.

76.

77.

78.

79.

80.

81.

82.

83.

84.

85.

86.

87.

88.

89.

90.

100.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SER PADRES HOY

CAPÍTULO I

 

       A MODO DE APERITIVO PARA QUE PIENSES

 

“ El hombre es, a la vez, padre de sus obras futuras e hijo de las pasadas”, dice René Félix Allendy, médico francés.

“ El hombre es estimable cuando es hombre. La mujer es estimada cuando es madre” ( Boleda, R.)

“Una madre perdona siempre: ha venido al mundo para esto” ( Alexandre Dumas, novelista y dramaturgo francés).

“ La sociedad paga muy caro el abandono en que deja a sus hijos, como los padres que no educan a los suyos” ( Concepción Arenal, escritora y socióloga española)

“Jamás ha habido niño tan adorable que su madre no quisiera verlo dormido” (Emerson Ralph Waldo,ensayista estadounidense)

 

“Los azotes que los padres dan a sus hijos honran, y los del verdugo afrentan” ( Cervantes)

 

“Los hombres son los que sus madres han hecho de ellos” ( Emerson)

 

“La primera mitad de nuestra vida es arruinada por nuestros padres , y la segunda por nuestros hijos” ( Darrow Clarence S. abogado estadounidense)

 

“Muchos padres envejecen, pero no maduran” ( Alphonse Daudet, escritor francés).

“La conducta es un espejo en que cada uno muestra su imagen” ( Goethe, poeta y escritor alemán)

 

“El hombre más feliz es el que encuentra paz en su hogar” ( Goethe)

 

“El hombre se cree siempre más de lo que es, y se estima en menos de lo que vale ( Goethe)

 

“El paraíso está en el regazo de una madre” ( proverbio árabe)

“La naturaleza ha preparado mejor a las mujeres para ser madres y esposas que a los hombres para ser padres y maridos. Los hombres tienen que improvisar” ( Reik Pf. Theodor)

 

“ Delante de una mujer, nunca olvides a tu madre” ( Constancio Vigil, periodista y escritor venezolano)

 

“Espera de tu hijo lo mismo que has hecho con tu padre” ( Tales de Mileto, filósofo, matemático y político griego)

“Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros” ( Sócrates, filósofo griego)

 

“ Prudente padre es quien conoce a su hijo” ( W. Shakespeare, dramaturgo y poeta inglés)

 

“No es la carne y la sangre, sino el corazón lo que nos hace padres e hijos” ( Schiller, poeta y dramaturgo alemán)

“Los hijos se convierten para los padres, según la educación que reciban, en una recompensa o en un castigo” ( Petit-Sean, J., escritor suizo)

“ Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos” ( Nietzsche, filósofo, fisiólogo y escritor alemán)

 

En mis hijos quiero reparar el ser hijo de mis padres: y en todo el futuro quiero asimismo reparar este presente” ( Nietzsche)

 

“Una vez que salgas de la escuela, sólo lo que hagas por ti mismo dará calidad a tu vida” ( Jack Nicholson, actor estadounidense)

 

“Cada generación se sonríe de los padres, se ríe de los abuelos y admira a los bisabuelos” ( Maugham W. Somerset, novelista y comediógrafo inglés )

 

“El hombre es el que hace la historia; la mujer tiene reservada la misión de hacer al hombre, padre de la historia” ( Gregorio Marañón, médico, historiador y literato español)

 

“La juventud es una época de cambios rápidos. Mientras el hijo está entre los 212 y los 17 años, el padre puede envejecer 30” ( L.,S.)

 

“Suprimid a Dios y se habrá hecho la noche en el alma humana”( Lamartine, poeta romántico francés)

 

“Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre “(Enrique Jardiel Poncela, humorista español)

“Los hijos no empiezan a querer a sus padres hasta pasados los 30 años” ( Poncela)

 

“Nuestra juventud es decadente e indisciplinada. Los hijos no escuchan ya los consejos de los mayores. El fin de los tiempos está próximo” ( Anónimo caldeo, hacia el 2000 antes de Jesucristo)

 

“Los hijos endulzan las penas, pero hacen más amargas las desgracias; aumentan los cuidados de la vida, pero atenúan el recuerdo de la muerte” ( Francis Bacon, filósofo y político inglés)

 

“El que ahorra el bastón no ama a su hijo” ( Proverbios 13,24)

 

“Solamente dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas” ( Carter Hodding, periodista estadounidense)

 

“¡ Oh, hombres! ¿ Adónde os precipitáis afanados por acumular riquezas, al mismo tiempo que descuidáis la educación de vuestros hijos, a quienes debéis dejárselas?” ( Crates de Atenas, filósofo griego)

 

“Es más costoso alimentar un vicio que criar dos hijos” ( Benjamín Franklin, estadista, pensador, filántropo y científico estadounidense)

 

                                          EDUCACIÓN

 

 

 

“El cristianismo tiende ante todo a la libertad del espíritu humano, y, por consiguiente, no admite la posibilidad de una educación mecánica de las almas humanas para el paraíso terrenal” ( Nikolai Berdiav, filósofo existencialista religioso ruso)

 

“La educación hace a los pueblos fáciles de guiar, pero difíciles de conducir; fáciles de gobernar, pero imposibles de esclavizar” ( Brougham, Henry Peter, estadista y escritor inglés)

 

“La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos” ( Confucio, estadista, filósofo y moralista chino)

 

“La educación consiste en enseñar a los hombres no lo que deben pensar sino a pensar” ( Coolidge Caklvin, político estadounidense, presidente)

 

“La única educación eterna es ésta: estar lo bastante seguro de una cosa para atreverse a decírsela a un niño” ( Chesterton, ensayista , crítico y novelista inglés)

 

“Lo que se enseña en las escuelas no es la educación, pero sí los medios para la educación” ( Emerson)

 

“Sólo las personas que han recibido educación son libres” ( Epicteto, filósofo estoico griego)

 

“La educación es la capacidad para oírlo casi todo sin perder tus modales ni la confianza en ti mismo”( Frost Rober, poeta estaunidense)

 

“Toda la educación se reduce a estas dos enseñanzas: aprender a soportar la injusticia y aprender a sufrir las desdichas” ( Galiani Ferdinand, abad, economista y literato italiano)

 

“No existe ningún signo externo de la cortesía que no tenga un profundo fundamento moral. La verdadera educación sería la que manifestara al mismo tiempo ese signo y su fundamento” ( ( Goethe)

 

“La educación es el desarrollo en el hombre de toda la perfección de que la naturaleza es capaz” ( Kant, filósofo alemán)

 

“Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él” ( Kant)

 

“La educación nos inculca desde el nacimiento un repertorio de emociones ya hechas: no sólo lo que nos es permitido o no sentir, sino cómo se han de sentir las pocas emociones que nos son permitidas” ( Lawrence David , novelista, poeta y ensayista inglés)

 

“Lo que cuenta hoy día es la educación. O va uno a la Universidad o pone uno su negocio de manera que pueda contratar a los que han ido” ( Loi Isidoro)

 

“No hay más que una educación, y es el ejemplo” ( Gustav Malher, compositor y director de orquesta austríaco)

 

“El que tiene imaginación y no se educa tiene alas, pero no tiene pies” ( Montaigne , moralista francés)

 

“El verdadero huérfano es el que no ha recibido educación” ( Proverbio turco)

 

“Dar amor constituye, en sí, dar educación” ( Rooselvet Eleanor, política estadounidense)

 

“Preguntaron Lucman, el fabulista: <<Cómo aprendiste educación>> y contestó:<<De los mal educados>>( Sadi, poeta persa)

 

“La educación es una segunda existencia dada al hombre; es la vida moral, tan apreciable como la vida física” ( Saint- Simon Claude, pensador político francés)

 

“El principio de la educación es predicar con el ejemplo”( Turgot Anne Robert, economista francés)

 

“Lo peor es educar por métodos basados en el temor, la fuerza, la autoridad, porque se destruye la sinceridad y la confianza, y sólo se consigue una falsa sumisión” ( Einstein, físico, matemático alemán nacionalizado americano)

 

“El hombre que hace que las cosas difíciles parezcan fáciles es el educador” ( Emerson)

 

“No se puede educar en serie. Es preciso un corazón inteligente que sepa interpretar, que sepa, sobre todo, comprender” ( García Salve, escritor español)

 

“Educad a los niños y no será preciso castigar a los hombres” ( Pitágoras de Samos, filósofo griego)

 

“Educar a un joven no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía” ( Ruskin John, crítico de arte y reformador social británico)

 

“El hombre a quien el dolor no educó siempre será un niño” ( Tommaseo N. literato y filólogo italiano)

 

 

 

 

                              CAPÍTULO II

 

 

La carrera para el matrimonio

 

Resulta extraño que, para muchas profesiones, se exijan unos altos estudios universitarios y para el matrimonio no los haya.

Al decir estudios, me refiero a que la pareja que se enamora, debe fijarse unos planes de conocimiento mutuo y una preparación que no la da el mero atractivo físico.

Desgraciadamente, este impulso o gusto mutuo es el que predomina durante el proceso largo o corto en la vida de algunas parejas. Poco bagaje afectivo, psicológico y de maduración en la convivencia,- clave -, por otra parte, de una vida a dos mientras no existan los hijos.

La naturaleza es sabia. Ha puesto en el corazón del hombre y de la mujer el complemento mutuo en orden al amor, a la procreación y a la atracción de los sexos.

Esto mismo existe en el orden animal. Llegados los ciclos de procreación, las parejas se ayuntan o unen en orden a la especie.

No necesitan ninguna preparación. Les basta el instinto.

¿ No conoces a parejas humanas unidas simplemente por esta primariedad?

Por supuesto que existen. Son quienes más tarde o más temprano se hartan , se separan o bien llevan una existencia a trancas y a barrancas.

No han hecho ninguna carrera. Han estado juntos sin estudiarse, sin hacerse proyectos de vida común personales, humanos, espirituales, artísticos o intelectuales.

Todo lo más- y cuando se casan por la Iglesia- ésta les exige un cursillo prematrimonial. Algo es algo.

 

¿Qué debes hacer en esta carrera?

 

1 ) No quedarte nunca en el mero atractivo físico, sino adentrarte en el conocimiento del alma femenina o masculina. Hay que estudiarse y valorarse en contacto con la realidad diaria.

2 )   Trataros, no como objetos, sino como personas que van a compartir la esencia de la vida, basada en el amor para siempre. No a vuestro interés y durante un tiempo limitado, como si fuera un contrato laboral.

3 ) Aprende a respetar a la otra persona según sus cualidades psicológicas, humanas y físicas. Si falta el respeto recíproco, no llegarás muy lejos y saldrás suspendido en tus estudios afectivos. Y será una pena para ti y para la otra/o.

4 )   Acepta la realidad de la otra persona tal y como es. No la quieras someter a tu parecer, a tu juicio y a tus antojos. No estás tratando con un objeto, sino con alguien que ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.

5 ) Ämala/o como a ti mismo. Amar no es lo mismo que estar enamorado. Enamorarse es fácil. Amarse, muy difícil. No digas lo de Lord Byron: “El amor es un episodio en la vida del hombre. En la de la mujer es toda su existencia”. En ambos debe ser para siempre. O bien , la afirmación de la actriz Zsa Zsa Gabor: “ Un hombre enamorado está incompleto hasta que se casa. Después está acabado” ¿ Cómo es posible si está lleno de amor?

6 ) Respeta la libertad creativa de la otra persona. Piensa que no te casas para tener un esclavo o esclava. Te casas para crecer en auténtica libertad con el otro/a. La libertad bien entendida os permitirá crecer piramidalmente a los dos. No te casas para poseer sino para compartir. ¡ Qué difícil es esto! La tendencia a la posesión destruye todo en la vida de la pareja.

7 ) Ambiciona el valor y la calidad de vida más que los “cacharros electrodomésticos o coches”. Hay gente que tiene el hogar lleno de cosas y , sin embargo, les falta el motor de todo, el amor.¡ Vaya contradicción! Y que te conste que es bastante frecuente.

8 )   Dedicaos tiempo para hablar, dialogar, comunicaros en profundidad. Si vuestro diálogo y comunicación es como cuando erais adolescentes, algo no marcha bien en vuestra vida. Ya no vale mucho- aunque no hay que descuidar los detalles- eso de qué guapo o guapa estás hoy, sino que tenéis que llegar a la comunicación profunda de los propios sentimientos, inquietudes, malestar, alegría y todo lo que conlleva una vida humana.

9 ) Nunca inviertas estos términos del poeta y comediógrafo francés, Paul Géraldy: Los jóvenes desean: amor , dinero y salud. Un día dirán: salud, dinero y amor. Hoy, sobre todo, prima la “pasta” por encima de todo: buen piso, buenos muebles, coche, boda por todo lo alto…Lo material se sobrepone a lo espiritual.

10 ) La fidelidad a la otra persona es una exigencia y un fruto de que la amas verdaderamente. Quien hace una elección en su vida, la hace con todas sus consecuencias. El mismo autor afirma: “Las mujeres inventaron el amor; los hombres el matrimonio y la fidelidad”. Me imagino que no estarás de acuerdo con este poeta.

  • En la vida de pareja es conveniente asemejarse un poco para comprenderse; pero hay que ser un poco diferentes para amarse.

Hay gente que anula su propia personalidad con tal de darle gusto a su compañero/a. Falso. Más tarde o más temprano estallará o explotará porque ha ocultado su verdadera identidad para no molestar al otro/a. Es un error admisible en parejitas adolescentes.

12 ) Claridad: La claridad es la muestra de cortesía más grande que podéis tributaros cada día desde que os levantáis hasta que vais al descanso. Si comenzáis a ocultaros cosas, pronto empiezan los estúpidos celos a entorpecer vuestras relaciones afectivas y físicas.

13 )   La pareja que no logra un equilibrio en sus relaciones, anda siempre de gresca, riñas y altercados. La raíz no es otra que la falta de autocontrol, y una señal clara de que la maduración personal y relacional andan mal.

14 ) Un stop   cada mes puede ayudar mucho a estudiarse mejor en el mundo de las relaciones, en el mundo laboral, afectivo, psicológico, recreativo, cultural, religioso. Hoy, cualquiera que desee progresar en la vida, tiene que hacer de vez en cuando stops para analizarse en profundidad y reciclarse.

15 ) No olvidaros de esto: si queréis vivir a gusto siempre, vaciad la bolsa del consumo imbécil e inútil y se llenará el corazón de vosotros mismos.¿ No vale mucho más? No inviertas el orden de valores.

16 ) Los peligros no os vienen sólo de fuera. La mayoría residen en vosotros mismos. Os bloqueáis, os cerráis a la comunicación con otras parejas o amigos. Y, de esta modo, pronto empieza el corazón a marchitarse. Le falta aire fresco y oxigenación sana.

17 ) La flexibilidad. Cuando os convertís en gente terca, cabezota…la relación se estropea. Cada uno os fabricáis vuestro nido de ametralladoras dispuestos a tirar al otro/a en lugar de escucharlo/a.

18 ) La apariencia con los vecinos del bloque tiende a aislaros de los demás. Todo aislamiento en la pareja supone una pobreza relacional enorme. La apariencia es el falseamiento de vosotros mismos. La apariencia tiene más letras que “ser”.

19 ) El combate de cada día, hará que no caigáis en la monotonía y el aburrimiento. Combatirse a sí mismo es la guerra más difícil; vencerse a sí mismo es la victoria más bella.

20 ) Oración: Si en vuestra vida faltan espacios para orar los dos juntos, pronto os entregáis a lo estrictamente material, y se crea una laguna inmensa en una de las dimensiones fundamentales de la vida: la fe profunda . La ausencia de la fe en uno de los dos puede ser motivo de discusiones, líos y confrontaciones.

Una vida de oración y religiosidad intensa os hará posible el perdón, martillo que rompe muchas discusiones, malentendidos y sinsabores.

 

PARA EL DIÁLOGO

 

  1. ¿ Cómo vives hoy tus relaciones de novios o pareja casada?
  2. ¿Cuál de los puntos citados vivís más intensamente?
  3. ¿ Habéis perdido la ilusión de los primeros años?
  4. ¿Qué harías para favorecer una vida en plenitud?
  5. ¿Cómo anda el diálogo y la comunicación profunda?

 

 

 

 

CAPÍTULO III

                      

 

 

MATRIMONIOS QUE SE CUESTIONAN TENER O NO TENER HIJOS

 

 

 

Vivíamos nuestro matrimonio un tanto anodino. Nos faltaban los hijos. Y no tanto como una prolongación de nuestro nombre, sino como algo esencial entre nosotros dos.

Circulan hoy teorías de que los hijos son un estorbo que te impiden vivir como soltero o unido a una/o sin la problemática que acarrean los niños. Alguna de esta gente prefiere coches o electrodomésticos antes que tener hijos. O al menos así lo dice la experiencia. Si acaso, uno. El sueldo no llega para más…

¿Dónde expandir y derramar todo el cauce de amor que hay en el corazón? ¿ En los cacharros?¿ En el bienestar a solas?…¿ No sabes que estás hecho para amar y dejarte amar? Vuestros cuerpos no solamente están hechos para el placer sexual, sino para vivir y dar vida. A lo largo de estas páginas intento que te veas reflejado en alguno de sus puntos de vista. Cada una de ellas es eco de muchas confidencias de padres y de jóvenes, confirmadas muchas veces por testimonios de personas que viven a pleno pulmón la realidad enormemente grande del amor.

Tu cuerpo, compañero inseparable de ruta, es una obra maestra de la creación. Amalo como merece. Mira despacio la vida de un niño. Es un misterio que nos fascina. Siéntete loco/a de contento por la belleza sin par de tu cuerpo.¡ Qué pena que su energía sexual la emplees sin medida y sin que llegues a ser el dueño de su realidad. Conoces a gente que, por no saberse dominar, han contraído el SIDA. Tagore tiene unas palabras muy dignas que deberías tenerlas en cuenta: “De la sobreabundancia del amor nace la castidad”. Por tanto, amig/a, quien ama poco sabe que le va a costar mucho mantener a raya su sexualidad. Hay que tener amor a los SIDOSOS pero también es verdad que si hubieran amado más, posiblemente, no hubieran contraído la terrible enfermedad.¿ Por qué no intentaron interiorizar el sexo dentro de la atmósfera vivificante del amor?

 

¿Tener hijos? ¿ Para qué?

 

Uno de los interrogantes que asoman como cuchillos de muerte por la mente de muchas parejas, es el pensamiento de tener o no tener hijos.

Es una novedad de nuestros días. Antes no se pensaban mucho las cuestiones económicas. Hoy aparecen éstas como fundamentos y cimientos esenciales de la casa o del hogar.

Es mejor no tenerlos porque complican la vida. Y, por supuesto, tenerlos tarde. Esto es un error porque, cuanto más tarde se tengan, se tiene también menos paciencia para educarlos y dedicarles, a gusto, el tiempo que merecen.

Quienes anhelan vivir unos años como una continuada luna de miel, cuando quieren llenar su vacío con un niño o niña, adoptan un extranjero necesitado. Lo mejor es que este niño adoptado es encontrase en la familia algún otro de su edad para llenar su vacío y el trauma con que viene al hogar.

También existen parejas que , en lugar de aceptar un hijo más en casa, abortan para quitarse de en medio una boca menos. ¡Dura y espantosa realidad!

Cada día, la sociedad “ civilizada” te enseña medios y métodos para tener o no tener hijos. Hay confusión en muchas mentes y turbación en muchos corazones. Y se preguntan: Ya no se sabe qué es el hombre, el amor, la vida y el cuerpo. Se habla de preservativos como paliativos.¿ Por qué no se habla mejor- aunque esto sea ir a contracorriente- de preservar el amor y la vida?

Durante todo el proceso de tu carrera antes de casarte y ahora de casado, debes saber que tu asignatura pendiente es siempre el amor vivido en toda su profundidad

Y si se aborta, se está haciendo simplemente algo horroroso: defender la muerte contra vida.

Si quieres restituir la vida a tu cuerpo, tienes que amar. Amor sin verdad es puro flirteo. Verdad sin amor es vaciedad. La verdad es el magnesio del amor y el amor el calcio de la vida

Tener hijos es la misión más importante- después de amaros en profundidad- que le podéis dar a vuestro matrimonio.

Aunque la comparación no valga mucho, sin embargo, te la digo: ¿Plantas una cepa de viña para que no te dé fruto? ¿ Compras un coche para ir andando a todas partes?

Si te has casado por amor y no por simple ejercicio de tu sexualidad, como consecuencia tendrás hijos, el mejor fruto e indicativo de que amas.

Para qué. Habrás oído esta afirmación cuando paseas tranquilo por la alameda o cuando estás de tertulia con tus amigos: Hoy se dice que sin matrimonio la humanidad se destruye. El sexo es para divertirse. Pero también habrás escuchado lo contrario: Hoy el matrimonio es para vivir el amor y servir a la vida. Este heroísmo es la verdadera respuesta al simple y falso erotismo o pornografía.

El para qué supone en ti el don inapreciable del amor elevado a la sublimidad de transmitir vida a otros seres. Si no amas, la vida te importa un pimiento. Lo que buscabas como remedio de tu sexualidad, se va apagando poco a poco y terminas frustrado y desilusionado. ¿Sabes por qué? Porque no has ido al matrimonio por amor gratuito, desinteresado. Al contrario, has ido con tu egoísmo a cuestas.

 

PUNTOS PARA EL DIÁLOGO

 

  1. ¿Conoces a matrimonios que se amen de verdad y que no tengan hijos?
  2. ¿Puede ser un estorbo el hijo si hay amor?
  3. ¿ Vas a contracorriente de la opinión pública en este tema?
  4. ¿Vives la castidad incluso en tu matrimonio?
  5. ¿Te resignas a adoptar un niño porque te ha dado miedo hacerlo de tus entrañas de amor?

 

 

 

 

 

 

 

                   CAPÍTULO IV

 

 

MATRIMONIOS CON HIJOS

 

 

 

 

  1. Padres responsables

 

Hay padres- la gran mayoría, diría – que ven la sexualidad bajo el prisma del amor y éste con visión de futuro. La apertura al hijo permite que la unión sexual se escape de la empresa mortal de un erotismo- egoísmo que eterniza el placer del momento. Con el hijo sois vosotros, padres, quienes os volvéis eternos por llamarlo de alguna manera.

De vosotros nace otra persona que no puede existir sin vosotros. En ella os encontráis, os reconocéis.

La vida que Dios ha dado a vuestro hijo mediante vuestra colaboración es eterna. Nadie podrá ya arrebatarle la vida de su alma ni de su corazón profundo. Padres, ¡animo!, de vuestros cuerpos ha nacido la vida.

En vuestro acto de amor se ha provocado la intervención directa e inmediata de Dios. Tan sólo él puede dar un alma humana, un corazón que piensa amando y vivificando a este ser al que vosotros le habéis dado vuestra carne y vuestra sangre. El ha dado a vuestra fecundidad una dimensión divina, eterna. Aunque no lo entendáis, esto es así. Cuando una mujer da a luz a un hijo, se une a Dios porque es portadora de vida. Y Dios, en toda la Biblia, se define a sí mismo como el Dios de la vida, no de la muerte.

Sois, amigos padres, portadores de una vida, no simplemente física, sino también de una vida espiritual, divina, de un hijo al que Dios le ha dado un alma inmortal. ¿Os dais cuenta? Ni siquiera a los ángeles les ha dado este poder. Es una confianza audaz la de Dios

Este hijo que tenéis en vuestras manos se parece a vosotros y a Dios. El os lo confía para amarlo, protegerlo y respetarlo.

No olvidéis de cara a su progresiva educación, que la fecundidad de vuestro hijo es tanto carnal como espiritual. El acontecimiento más maravilloso que uno se pueda imaginar.

De la unión de vuestros cuerpos ha florecido la maternidad y la paternidad.

¡Nunca había encontrado un amor mayor de plenitud!

Nunca la alegría había brotado con tanta amplitud!

Nunca la esperanza se había fundado en tan profunda certeza!”.

Parece una locura. Vuestro sexo os ha permitido compartir el poder mismo de Dios. Le habéis dado el medio para crear un alma inmortal. Por el sexo, la vida misma del cielo os penetra y os atraviesa. Sí, ¿ hay algo más sagrado en el mundo?

Dios da la vida porque no es ningún solitario. El da vida por su Hijo y por su Espíritu. Pero, claro está, no física, no sexualmente.

 

  1. Con tu mujer y ella contigo habéis formado una obra en común, como el Padre, el Hijo y el Espíritu forman una familia en comunión. El Padre sólo suscita amor. El Padre es la fuente de la Vida y del Amor. La Vida es el Hijo. El Amor es el Espíritu. La vida sólo puede nacer del amor, es decir, de una entrega mutua de corazón y de cuerpo. Mi enhorabuena por haber sido generosos y haber dejado el pensamiento hedonista de vivir para y por el simple sexo sin ninguna visión de vida en el hogar. Vosotros no habéis sido como decía el periodista francés Berl Emmanuel:” El erotismo monta mecanismos que sustituyen el amor por un álgebra de sexos de combinaciones muy conocidas”.

Puntos para el diálogo

 

  1. ¿Veis vuestro cuerpo sólo en su aspecto sexual?
  2. ¿Sois conscientes que el amor pide otras vidas?
  3. ¿Os dais cuenta de la maravilla de un hijo?
  4. ¿Vivís su vida nueva unidos a Dios?
  5. ¿Corre siempre entre vosotros la corriente de amor?

 

 

 

 

 

                                               CAPITULO V

 

 

              El hijo, médico de los padres

 

 

Como el alba recibe con suavidad los primeros rayos del sol, así vosotros habéis recibido en el hogar a vuestro hijo. Su sola presencia transforma vuestras vidas. “Dulcemente, día tras día, el hijo hace de la mujer una madre y del hombre un padre”.

La llegada del hijo recién nacido, cambia a la pareja y su mismo universo ( la cuna se convierte en el centro de gravedad de la casa).

El hijo hace madurar el amor de sus padres a una velocidad acelerada. La relación conyugal exclusiva resplandece y explota. El amor se reorienta hacia el otro. Su amor llega a ser más oblativo, y mira más hacia el futuro. El hijo humaniza a los padres por el solo hecho de estar con ellos.

De este modo, el niño no es solamente una bendición sino una curación: cura a sus padres del gran mal de la soledad. “Diferentes encuestas muestran que los bebés que se despiertan más pronto y son los menos inquietos son los niños de familia numerosa”.

El recién nacido desinstala a los padres, los arranca de su pequeño confort y por eso mismo los convierte en más jóvenes. Con cada hijo comienza algo nuevo y se observa en un nuevo impulso de vida.

Un hogar en el que no hay niños corre el riesgo de envejecer mucho. Por el contrario, desde el momento en que hay un niño o varios se rejuvenece.

El hijo es la gloria de sus padres. Manifiesta su amor y su unidad, su vida y su fecundidad.

 

Un segundo hijo

 

 

Criar y educar un hijo es el reto de hacerlo subir a la santidad. Vivir una paternidad y una maternidad no solamente física sino espiritual.

¡Dejarlo crecer! Verlo convertirse en otro diferente, al mismo tiempo, que lo tiene todo de nosotros: respetar esta personalidad que, poco a poco, se desvela y se afirma. No proyectar en él lo que soñamos que sea. No querer poseerlo, so pena de sofocarlo.

Dejarlo existir, y que llegue a ser una persona dejándole tiempo necesario para madurar.

No quemar etapas. Respetar su propio crecimiento.” Por todas partes los anuncios publicitarios muestran a niños radiantes de alegría, pero hay que verlos en casa, solos ante la ventana o el televisor con los ojos bañados de lágrimas. O en los coches por las autopistas. Vuelven tristes y fatigados. El niño, hoy, pasa a la edad adulta , de pronto, sin transición. No ha tenido su tiempo de adolescencia, el tiempo para madurar. No se le ha enseñado el sentido de la espera, etapa indispensable para convertirse en adulto. La satisfacción inmediata nunca humaniza a nadie. No hace nada más que fijarlo en el estadio de la infancia”

No olvidéis, amigos padres, que en el amor, el sufrimiento forma parte del crecimiento.

Las pequeñas cruces de cada día, así como las grandes pruebas ( esterilidad, la marcha de un hijo, el nacimiento de un hijo disminuido, el fracaso de una educación…), todas estas cruces pueden iluminarse desde dentro cuando se ofrecen para salvar al mundo.

El matrimonio no es un lugar de caprichos. No consiste en una felicidad fáctica. Lo que se promete no es la facilidad, sino la santidad.

 

 

Puntos para el diálogo

  1. ¿ Os ayudan los hijos a vivir de otro modo?
  2. ¿Sentís que su presencia os rejuvenece?
  3. ¿Sabéis sufrir con amor?
  4. ¿Tenéis paciencia en su cuidado?
  5. ¿Descuidáis su parte espiritual?

 

 

 

 

CAPÍTULO VI

 

 

       LOS CUATRO PILARES DE UN HOGAR

 

 

 

A veces te habrás preguntado cómo mantener tu hogar ilusionado y con una gran vitalidad de puertas hacia adentro. Es normal. Si queréis, amigo/a, os ofrezco cuatro pilares que sostendrán el edificio de vuestro hogar siempre nuevo y siempre lleno de vida.

Estos son los pilares o cimientos:

 

1 ) La oración, respiración de una familia

 

Cada día debéis dedicaros algún tiempo a la oración. No digáis que no tenéis tiempo. Lo tenéis para muchas cosas y,¿ vais a abandonar algo fundamental en vuestro matrimonio?

Cuando hay oración en casa, todo parece diferente, calmado, tranquilo, sereno como la brisa suave del mar.

Es un momento bendito en el que podéis respirar, desahogaros con Dios y lograr que en vuestro corazón brille la luz y nunca la tiniebla.

Nada proporciona tanta alegría y paz durante el día y la noche. Al orar con vuestros hijos, éstos se convierten en personas apacibles y también más bellos, más ellos mismos.

Ante esta plaga de consumo, la oración es indispensable para no asfixiarse en un mundo hiperestresado y superestridente.

Cortad un poco la TV, frecuentemente destructora de la intimidad del hogar. No dejéis que sea ella quien mande en casa. No la coloquéis en el centro de la sala de estar. Romperá el círculo familiar.¿ Sabes lo que decía un chico italiano de 6 años? <<Señor, haz que mi rostro se parezca a la pequeña pantalla para que papá me mire>>.

S.O.S. de tantos chicos que no tienen nunca tiempo de ser escuchados, mirados, simplemente amados…Y ese tiempo es la oración quien lo logra.

Drama de las sociedades occidentales que separan las generaciones. Niños que no conocen a sus abuelos. Niños que no tienen a nadie que los escuche, y los abuelos tampoco tienen a nietos a los que cuidar, amar y educar: Dos soledades…yuxtapuestas.

Por ejemplo, ¿por qué no hacer la oración después de los informativos y hacer intercesiones o peticiones?

Solamente la oración permite soportar ciertos horrores y unificar el corazón.

Conozco a familias en donde una vez por semana, se celebra una velada matrimonial: los esposos se encuentran solos durante algunas horas festivas de plegaria.

A menudo son los hijos quienes se lo recuerdan a sus padres y compran una vela especial.

Otra tarde de la semana, es la velada familiar. Ninguna otra persona es invitada. El jueves por la tarde, recordando la Cena de Jesús, puede ser un buen día para esta velada recogida y alegre. Alrededor de una mesa enteramente adornada con flores, se hace una oración perfecta.

Esplendor de estas liturgias familiares en las que el niño recibe el sentido de la belleza. Tiene derecho a la belleza para estar feliz y percibir que vive.

Liturgia en la que se transmite la fe de la Iglesia. En los países perseguidos, la fe se mantuvo gracias a las liturgias celebradas en familia, a menudo clandestinamente.

Se entabla una relación personal y viva con el Señor que llega a ser así un miembro de la familia, un miembro que forma parte de ella todos los días.

Esta presencia nadie la podrá arrebatar del niño. Es la vacuna contra toda soledad. Incluso si algún día se aleja de esta Presencia, Jesús permanece siempre y nunca lo dejará solo.

Y si la oración familiar y conyugal no son posibles, la fe no se comparte y esto es para los hijos una gran pena y un profundo dolor.

Y si no pudierais estar juntos todos, reza solo pero en nombre de todos los miembros de la familia.

Cada vez que reza una familia su <<nosotros>> se une al de la familia- fuente, la de Nazaret.

Cuando Jesús es encontrado tras tres días de pérdida, María le dice simplemente: << Tu padre y yo,<<Nosotros>> te buscábamos angustiados>>. Pero Jesús, mirando a José, levanta los ojos al cielo y le responde:<< Padre mío>>. Y más tarde dirá:<<Mi Padre y yo, somos uno.>> Como si el <<Nosotros>> de José y María le hubiera evocado el <<Nosotros>> de la Trinidad Santa.

La unidad de los padres, manifestada en la oración, hace que el hijo levante los ojos y los dirija al Padre del Cielo.

Esplendor también de la oración antes y en el momento del acto conyugal. Confiarlo al Espíritu Santo, dueño del amor y dador de vida.

Tobías y su esposa se unían en oración antes de hacer el amor.<<Esta oración que precede al acto íntimo, muestra muy claramente la necesidad de estar unido espiritualmente, de estar re- nacido juntamente con el Espíritu Santo, para que la relación íntima sobrepase el mero deseo sexual.

Os incumbe una gran responsabilidad, amigos padres, en la formación espiritual de vuestros hijos. Normalmente nunca os ven orar con ellos en la Eucaristía dominical ni en casa. ¿ Cómo van a percibir la atmósfera de religiosidad si no la ven en vosotros?

Sois padres de la sangre y de la carne de vuestros hijos y también padres de la educación de su espíritu.

La fe le da al hijo alas para volar por encima de los peligros y dificultades que la vida les presente. No es cosa de su bautizo y primera comunión solamente. No, amigos padres, es una educación integral la que necesita vuestro hijo si queréis formar un ser equilibrado en todas sus ricas facetas.

No descarguéis vuestras conciencias en los colegios y en las catequesis. Todo es necesario, pero el ambiente de veros a vosotros viviendo lo que ellos aprenden, es la clave de todo. No es quepa la menor duda.

¿Por qué no vas a misa?- les pregunté una vez a unos niños y niñas. Y me respondieron así:” Porque nuestros padres no van. Luego, si ellos no van- pensaban los chicos y chicas- es que debe valer poco la Eucaristía. Son listos, no creáis.

 

2 ) El perdón: es el mejor de los tranquilizantes

 

 

La oración es el lugar por excelencia en donde se puede dar y recibir el perdón.

Muchas parejas se han separado a causa de no saberse perdonar.

¡ Cuántas heridas podrían haberse evitado con un perdón dado a tiempo! Un perdón rechazado es una bomba que explota, un amor que ha sufrido un cortocircuito: la corriente no pasa ya.

¿Por qué esta corta palabra <<¿Me perdonas?>> es la más difícil de pronunciar en nuestra lengua? ¿ Por qué se queda a menudo en la garganta?

Un perdón dado es el alcohol de 90º sobre una llaga. Si no, viene la infección, después el absceso y la espera de una intervención quirúrgica.

¿Por qué, pero por qué aguardas a que el hogar esté al borde del precipicio?

Cada noche ofrece y recibe el abrazo del amor. Miraos fijamente en los ojos, bendeciros con una pequeña cruz en la frente: el mejor de los tranquilizantes. Aligerado del peso del resentimiento, te vas al descanso en paz. No tengas miedo al mañana. Las tensiones se aplacan. Los conflictos se resuelven. Sí, perdón recíproco = la más segura de las “Mutuas”. Debe circular entre los esposos como entre los hijos. Sepan también los padres pedir perdón a sus hijos y viceversa. Entonces la alegría puede resplandecer sin sombra. Para que el niño se convierta realmente en persona, debe desarrollar todas sus potencialidades esenciales entre las que hay que tener en cuenta su interioridad”.

 

La transparencia: ¡Una confianza!

 

La vida familiar es una llamada a florecer. Las mismas diferencias y dificultades son beneficiosas con la condición de que no se desliguen del amor y de la verdad.

No permitas que se forme una herida o una llaga infecciosa. Cuando haya una tensión que desencadena un conflicto, habla a tu cónyuge y haz con él la operación del perdón o reconciliación.

No escondas nunca ninguna sombra entre tú y él.

Haz la paz, y en la dulce paz que reina entre el Padre, el Hijo y el Espíritu, podrás dormir tranquilo.

La transparencia devuelve fosforescentes las diferencias. Por ella, las relaciones nos permiten ser nosotros mismos y unirnos interiormente. Como sucede entre el Padre, el Hijo y el Espíritu.

El aprendizaje de la vida comunitaria

será mensaje para miles de hermanos

si está basado en la Vida Trinitaria.

 

Contra las tensiones y las infecciones: La confesión

 

Cuando los padres piden perdón a su hijo, y ante él, el perdón de Dios, entonces sabe el hijo que hay como una distancia entre Dios y sus padres. Que no puede confundirlos pura y sencillamente. Que no puede arrojar sobre Dios el resentimiento que él puede experimentar para con sus padres. Los ve haciéndose niños ante Dios. Y, de pronto, Dios, ante sus ojos, no corre el riesgo de ser caricaturizado por sus padres. Hay Alguien más grande, más bello, más santo que ellos.

Pero, ¿cómo ser lo suficientemente pobre en el corazón para mendigar este perdón, si nunca te hincas de rodillas ante el Señor Jesús para que él mismo dinamite y eche fuera con una sola palabra tu pecado, te libre de la parálisis y te ponga de pie en la alegría de haber encontrado su intimidad?

¿ A quién ha confiado Dios esta palabra- que solamente puede decir Dios, pues sólo él puede crearla? A esos hombres pecadores como tú, para que te sientas plenamente confiado: los sacerdotes.

Este maravilloso sacramento de la Reconciliación es una verdadera operación de cirugía estética: en el rostro de tu corazón. Te devuelve la belleza de una eterna juventud.

Otra cosa que ayuda a vivir en una paz siempre recuperada: decirse que tanto el marido como la esposa pueden ir los primeros a Dios. Vive hoy como si mañana murieras.

Como si fuera la última jornada con él. De pronto, se relativizan todas las cosas. ¡ Inténtalo.!

Verás qué densidad adquiere tu relación con él o con ella.

 

Puntos para el diálogo

 

1 ) ¿ Vivís esta dimensión de la oración en casa?

2 ) ¿La hacéis con vuestros hijos?

3 )   ¿Os cuesta mucho perdonar?

4 ) ¿Es por testarudez inmadura?

5 ) ¿ Frecuentáis con vuestros hijos los sacramentos?

 

 

 

 

 

CAPÍTULO VII

 

 

Siguiendo con los pilares que dan consistencia y felicidad a tu hogar, te hablo ahora de los dos siguientes:

 

3 ) El compartir: oasis en donde renace un amor herido

 

 

La oración permite – como nada en el mundo – compartir, escucharse y vivir una transparencia. Ella nos enseña a dar el tiempo gratuitamente.

¡ Cuántos malentendidos se disipan- como la nieve al sol- cuando uno puede expresarse apacible y sinceramente!

La falta de transparencia y de verdad en la pareja son como el gusano en la fruta: la corroe y la pudre.

Para remediarlo: compartir siempre, hablarse, manifestarse las alegrías, las penas, las angustias, las dificultades… No un compartir frío, como un libro de cuentas, sino un humilde balbuceo o intentos pequeños en común para levantarse y para vivir en verdad.

Es entonces cuando de ti mismo o de ti misma nace la necesidad de compartir con todos, sobre todo con el pobre.

La oración que nos reúne en familia, nos lleva a abrirnos al otro: el extranjero, el desconocido, el que llega de improviso. Se le acoge como si fuera Jesús quien tocara a la puerta.

Hoy como nunca, el mundo necesita de oasis de amor, en donde los más heridos por la vida, los frustrados por el amor deben sentirse escuchados, acogidos, amados. Encontrarán el gusto por la vida, el deseo de amar, perdido desde hace largo tiempo.

Las familias se convertirán así en lugares de curación de una multitud que tiene el corazón destrozado. Las familias no se replegarán sobre sí mismas. No formarán pequeños ghettos o grupos cerrados. Ofrecerán al pobre en esperanza lo mejor que ellos viven: una ternura mutua, bendecida y fecundada por Dios mismo.

La cultura científica y técnica, ordenada directamente a la eficacia, es como una chapa de plomo que detiene los impulsos del amor. Frente a esta cultura, la familia cristiana debe ser un pequeño oasis de amor, en donde se retome el amor en su misma fuente de la que saldrá un manantial. Un lugar en el que el amor humano pueda salir victorioso en todas las luchas contra el amor; contra todas las ideologías que quieren apartarse del amor.

Pero, ¿ cómo acogerlos sin que se corra el riesgo de una desestabilización de la familia? Precisamente, mediante la oración, en la que las fragilidades familiares se refuerzan con el ímpetu de la Presencia de Cristo en medio de ella.

Entonces, en cierta medida, se puede, sin demasiados riesgos, acoger jóvenes en proceso de curación, compartiendo una comida, o viviendo un tiempo determinado a nuestro lado.

Este deseo de compartir se va extendiendo cada vez más en las parejas jóvenes que piden a sus parientes y amigos que los regalos se los hagan a los más pobres en lugar de a ellos.

Dos jóvenes han venido a verme, me han dado una gran cantidad de dinero. Les he preguntado de dónde procedía este dinero. No me dijeron nada. Tan sólo eran conscientes de que con ese dinero podían alimentar en Calcuta a 9.000 familias desheredadas al día.

Me han dicho: Llevamos casados dos días. Antes de la boda hemos decidido no tener ni fiesta ni vestidos especiales de boda. Hemos preferido,- decían sonrientes- entregar el dinero equivalente. Y sé muy bien que en una familia hindú eso representa un gran sacrificio. Les he preguntado:¿ Por qué habéis hecho eso? No adivinaréis la respuesta que me dieron:<<Nos amamos de tal modo que deseábamos compartir la alegría de amar, con personas a las que usted ayuda>>( Madre Teresa de Calcuta)

 

 

ESTOS REMEDIOS GRATUITOS, ¿ EN LA MESILLA DE NOCHE?

 

¡ Cuántos hogares están dislocados porque alguno de estos pilares no se viven!

Por el contrario, en muchos otros, gracias a los pilares, ha entrado un aire fresco desde el día y momento en que se pusieron como meta vivir en profundidad la realidad amplia de su matrimonio.

Un hijo de estos matrimonios le dijo a sus padres mientras discutían a gritos: Acordaos de vuestro matrimonio.

Otros tantos, tras vivir alocadamente, han vuelto a recuperar la marcha de su matrimonio haciéndose pequeños con los pequeños, llamando a veces a un sacerdote y amigos casados para compartir una comida, una velada y reconciliarse.

Yo mismo he conocido a quienes, en vísperas de su divorcio, han conocido esta imprevisible renovación en la gracia del matrimonio. La gracia nunca falla, y está siempre dispuesta a brotar en el corazón de quienes se aman, a pesar de sus caídas.

Basta a veces poco para lograr que las heridas se cicatricen. ¡Una mirada! ¡Una sonrisa!¡ Un gesto de ternura!¡ Una palabra! ¡Un regalo!

Pero ¿ quién está dispuesto a seguir esta llamada?,¿ quién tiende la mano a estos medicamentos, siempre a mano y ofrecidos en el mar de la limpieza?

No, amigo/a, no dejéis que la gracia de vuestro matrimonio muera en vosotros. Volvedla activa. Rezad para que Dios florezca de nuevo en vosotros.

Habéis visto hasta ahora tres pilares. Nos queda el Pan de la Eucaristía.

 

Puntos para el diálogo

 

  1. ¿Qué compartes y cómo?
  2. ¿Sois abiertos?
  3. ¿Ayudáis a otros?
  4. ¿Formáis parte de algún grupo cristiano?
  5. ¿Compartes tu fe sin reparos ni estúpidas vergüenzas?

 

 

 

 

CAPITULO VIII

 

              

 

 

        

“Yo soy el Pan vivo. Quien lo coma vivirá para siempre”

 

 

1.

En el umbral de este pilar, te confieso que debes dar un salto en el vacío de una confianza total, como si saltaras en paracaídas. Este salto no puedes darlo sin una intervención de Dios en tu corazón.

Esta intervención de Dios puedes pedirla, provocarla o al menos desearla. La comprenderás desde dentro de ti mismo.

Te hablo como persona que estás abierta a la experiencia de los otros. Tu inteligencia y tu corazón tienen más recursos de los que te puedes imaginar.

Te recuerdo que millones de personas de cualquier edad encuentran el equilibrio, la fortaleza y el bien interior en este Pan. Es más: millones y millones han muerto por defender su fe en este Pan.

 

Después de haber hablado de tu cuerpo, ahora os hablo del cuerpo de Otro.

Un cuerpo totalmente especial, pero tan auténtico como el tuyo. Dios, para restablecer la armonía rota de su creación, pensó en enviar al mundo a su Hijo. Y la cosa más admirable que Dios solamente puede hacer, fue dejarnos su cuerpo. Dios no tiene cuerpo. Por eso hacía falta salvar al hombre por su cuerpo. Necesidad vital- vital para nosotros- si él quería y quiere curar todo en el hombre.

Durante siglos, preparó el nacimiento de una joven. Un día hermoso, vino Dios a pedirle su cuerpo.¿ Quieres darle a mi Hijo tu sangre, tu carne, el color de tus ojos, los trazos de tu cara? Y María dio a Dios sus manos, sus labios, sus oídos, todos los miembros de su cuerpo y sobre todo su corazón. Dios concedió al mundo un mamá en María la Virgen. Quiso tener esta experiencia nueva para El: estar sometido a nuestros condicionamientos de cronología y de geografía: estar limitado por un tiempo y por un lugar. El Evangelio se abre por su genealogía. No es, por tanto, fruto de una generación espontánea. Cristo nació de María. Y por una especie de operación quirúrgica, María a va ser preservada del pecado. El contagio universal se neutraliza en ella. Una sangre- luz circula por sus venas: por transfusión, Jesús podrá desinfectar la sangre contaminada de la humanidad enferma.

 

Segunda operación quirúrgica de Dios

 

Jesús va a nacer sin intervención carnal del hombre. En un mundo envejecido por el pecado, irrumpe de golpe algo totalmente nuevo e imprevisible: Jesús es concebido en el seno de María por una intervención inmediata del Espíritu Santo sin ninguna relación sexual. Es fecundada por Dios, no por José. Jesús sigue siendo Dios y ahora es también hombre.

 

Dios visto en ecografía

 

Si le hubieran hecho una ecografía a Jesús, se hubiera visto el comienzo de su vida como un embrión de segundos, minutos, horas, días y semanas. A partir de la tercera semana, la ecografía podría apreciar el coranzocito palpitando, ese Corazón que sería un día desgarrado en la Cruz y que permanecerá abierto para siempre.

Jesús ha conocido la imaginable complicidad fisiológica y espiritual que tú has vivido en el vientre de tu madre. Durante nueve meses, él ha escuchado su música de fondo, los latidos de su corazón. Ha sido vulnerable, receptivo a todo lo que María vivía, pensaba, sentía, hacía y amaba. Todo lo que la ciencia descubre acerca de la vida intra -uterina, Cristo lo ha conocido. El puede curar todas las heridas remontándose al tiempo de la gestación que nos ha marcado para toda la vida.

Luego quiso nacer, educarse, aprender a hablar, andar, trabajar. Tuvo 1,2,3…33 años. Su cuerpo fue vulnerable a la fatiga, al hambre, la sed, el sueño, el sufrimiento y la muerte. Conoció la tentación aunque nunca cedió a ella.

 

Su Cuerpo no es una apariencia ni un fantasma. Si Dios ha querido tener un cuerpo, fue para mostrarnos que el mal hiere también el Corazón de Dios. En la carne de Jesús siento, toco y veo hasta qué punto el pecado hace mal al Corazón de Dios.

 

Escándalo que un Dios no haya querido hacerse un ángel, sino que haya querido asumir lo que hay de más pobre, más frágil, más miserable en nosotros. El platonismo diría que se encarceló en un cuerpo. Pues no. Dios se hace Cuerpo. Creo que habría mucha menos gente – que se llama cristiana -, si realizara lo que eso significa y lo inaudito que es.

Misterio inaccesible, incomprensible para las filosofías extremo- orientales, para el Islam. Como para el Judaísmo, pero por otro matiz o rasgo. Realmente es la piedra de choque contra la cual todas las religiones tropiezan. Y sobre la cual se desencadenan todas las herejías. Estas quieren hacer ver que Dios no ha sufrido verdaderamente, y que su cuerpo era una pura apariencia.

 

2.

 

Este Cuerpo, concebido en el seno de María, llevado en sus brazos, crucificado y resucitado está en la gloria a la derecha del Padre.

Pero no nos ha dejado solos. Antes de su muerte, con sus primeros amigos, cogió pan en sus manos y dijo: <<Esto es mi Cuerpo>>. Esta afirmación quiere simplemente decir: <<Soy yo>>. Les pidió que continuaran diciendo estas mismas palabras en su Nombre sobre otros trozos de pan. Y no solamente ellos, sino los que les sucedieran.

Y he aquí que de generación en generación, unos hombres- a los llamamos sacerdotes- dicen exactamente las mismas palabras de Jesús sobre otros pedazos de pan, y se convierten cada vez en el mismo, único, idéntico Cuerpo del mismo, único e idéntico Jesús.

Pues son palabras que hacen lo que dicen como sólo puede hacerlo Dios.

Palabras creadoras, del mismo tipo que las que han lanzado las galaxias en el espacio cuando la creación del mundo.

 

Este pan se convierte en el Cuerpo de Cristo mediante la palabra de un sacerdote y mediante la intervención directa e inmediata de Dios. El sacerdote y el Espíritu Santo: jamás el uno sin el otro: la misma complicidad, concertación, colaboración que entre María y este mismo, único e idéntico Espíritu Santo.

Pan y Vino se convierten en la misma, única e idéntica Carne y Sangre que el hombre ha dado, por María, y que Dios ha recibido de María.

Cada misa es la Anunciación, la Navidad.

Este Cuerpo actualmente vivo de Jesús en el cielo, este Corazón batiéndose en una carne humana, esos ojos de Jesús, esta humanidad maravillosa no está relegada en una gloria lejana. Está ahí, al alcance de tu mano. Puedo cogerla en mis manos. Pero bajo la forma de pan y de vino, para no horrorizarme ante el atrevimiento de comer la carne y beber la sangre. Para darse a mi, en la tranquilla belleza de las cosas más sencillas, más ordinarias, más banales de la vida. Y así transformar las cosas desde dentro en las cosas más simples, banales, ordinarias de mi vida.

Así, una simple cosa, se convierte de pronto en una Persona. ¡Y qué persona! La misma de mi Creador y de mi Salvador, que viene a salvarme y a crearme de nuevo. Fabulosa transmutación: un poco de materia que se convierte en Aquel que la ha hecho. Y en todas partes es siempre el mismo, el único e idéntico Jesús. Fabulosa unidad casi – física de los hombres entre sí, sea el lugar que sea del globo, o la época de la historia.

Que lo sepas o no, que creas en ello o no, que pienses en ello o no, es lo que ocurre en cada misa por pobremente que se celebre. Es lo que se designa con el término Eucaristía ( que quiere decir “acción de gracias” )

 

No hay vida física sin vida eucarística

 

¡La Eucaristía! Puesto que mantengo mi existencia de las manos de Dios, y puesto que Dios está completamente en el Cuerpo de Jesús, en buena lógica cartesiana, hay que concluir: mi cuerpo no es plenamente mío, salvo que esté en Cristo. No habito mi cuerpo nada más que habitando el Cuerpo de Jesús. Mi cuerpo no es mío, sino cuando Cristo vive en mí. ¡Mi cuerpo forma parte del Suyo!

La Eucaristía da la unión más espiritual que uno se pueda imaginar a través de una comunión corporal que se ve. Si es una realidad tanto física como espiritual, no es posible que tu sexualidad- también física y espiritual- no se sienta afectada. Es tu cuerpo en su globalidad el que es alcanzado por el Cuerpo de Jesús en su integridad.

 

Un abrazo no sexual , sino nupcial

 

Su alma se une a la tuya, su espíritu al tuyo, porque su carne se une a tu carne y su sangre corre por tus arterias. Contacto inmediato, tangible, palpable, físico.

Pero lo ven sólo los ojos del corazón. No lo siento. Lo sé. En la comunión se consuma una unión de orden nupcial. Los jóvenes de hoy – como los santos de ayer – lo saben:<<Recibir el Cuerpo de Cristo es recibir de Cristo un abrazo eterno>> ( Malika, 18 años).

Los que han vivido relaciones sexuales con un gran amor, pueden comprender de una manera muy íntima e interior esta unión nupcial de la Eucaristía.

Estas palabras son de la joven Christelle:<<El me ha demostrado que me amaba. Cuando está en mi cuerpo, no existo nada más que para El. Pertenezco sólo a El. Para mí, hacer el amor es muy hermoso cuando estás con alguien a quien conoces y sabes que te ama con todo su corazón>>.¿ Puedo decir eso después de cada comunión?

Su Cuerpo y tu cuerpo:¿ dos o uno? ¿Eres de verdad <<corporal>> y <<consanguíneo>> de Cristo?

Todas las religiones del mundo chocan contra esto, o bien se prosternan. El Señor es para tu cuerpo y tu cuerpo para el Señor. Destinados el uno para el otro. No invento nada. Lo dice san Pablo en la carta a los Corintios. Cuando tu cuerpo recibe el suyo, tu alma se abre al Espíritu.

 

Cuerpo a cuerpo con Dios

 

Jóvenes y menos jóvenes encuentran hoy las expresiones mismas de los santos de los primeros siglos:

<<En la Eucaristía no sabemos ya quién es quién, pues entre el Padre y nosotros, entre el Bien – Amado y nosotros arde este Espíritu de Amor. El fuego que arde es la confusión de nuestras dos llamas de amor, que estallan de pronto en una inmensa hoguera en la que reina la plenitud del Amor.

Esta plenitud es tan grande que todo placer humano vale poco a su lado. Este don del amor es tan fuerte como la castidad que se alimenta de ella misma.

Por eso la Eucaristía es una necesidad vital para nosotros y diariamente. Si me quedo sin vivir la Eucaristía muchos días, me cuesta mucho mantener la castidad. La castidad que hay que vivir en el acto sexual es el respeto del que se ama, pues su cuerpo está habitado por Dios. Por eso, una pareja no puede vivirla si no es en el misterio de la Eucaristía, que sobrepasa todas las pasiones pecaminosas del hombre>> ( Chantal, 16 años).

Catherine de Hueck en su carta a los sacerdotes , les dice:<<Algunos dicen que vosotros debéis casaros para saber lo que es amar. He estado casada dos veces ( su segundo marido se ha ordenado de sacerdote). Pues bien, lo que se llama éxtasis de la carne, sé lo que es, pero lo afirmo: una recepción del Cuerpo de Cristo y de la Sangre del Señor es un éxtasis más allá de toda inteligencia. La penetración en mi alma del más fantástico de los amores, hace palidecer al resto>>

 

¿Voy a obligar a Jesús a prostituirse?

 

 

Resultado: tu cuerpo no te pertenece ya. Está habitado. ¿ Cómo respetar la Presencia en la Eucaristía sin respetarla en la carne? Violar esta Presencia en un cuerpo de carne, o profanar la Eucaristía es en los dos casos un sacrilegio. Y para quien comulga, fornicar,¿ no es una manera de << prostituir a Dios>>?

<< Mi propia hermana y su marido me han dicho que si quería casarme, debía acostarme con cualquiera que me agradara en aquel momento. Palabras chocantes que me han hecho daño. Y puesto que estoy en el Cuerpo de Cristo, es evidente a mis ojos que no puedo hacer eso. Sería como si obligase a Jesús a prostituirse. Soy hija de Dios, hermana de Jesús, debo mi vida al Amor de Dios, mi rescate al Amor de Jesús. ¿ Cómo es posible pensar en una cosa así? Es algo humillante lo que le infligiría al Cuerpo de Jesús>>( Katy, 18 años).

 

Mi pobreza sexual se une a su pobreza en el altar

 

Una de las más conmovedoras misas de mi vida: la celebrada al pie de la cama de Frank en ese hospital en donde 2.000 enfermos sufren, esperan y aman. Jamás había entendido como entonces, las palabras de Jesús antes de la comunión:<< Señor, no soy digno de recibirte, pero di una palabra y mi alma quedará sana>>

Al día siguiente a un amigo:

<<Hemos celebrado la Eucaristía aquí en esta pequeña habitación. Alegría, Amor, el Señor nos ha vivificado. Nos ha untado con un perfume que ha penetrado en nuestros corazones desde su Corazón y, sobre todo, he podido comulgar con su Preciosa Sangre. Su Sangre corre por mis venas, en mi sangre enferma, contaminada…El Señor es realmente un Dios de Amor y de Esperanza.>>

…La Eucaristía unifica tu corazón y equilibra poco a poco tu propio divorcio interior. Te evita los riesgos y trampas de un amor que corre el riesgo de enfermar y de encerrarse en un narcisismo estéril.

 

He preferido su cuerpo a otro

 

Sucede que el amor a la Eucaristía es de tal violencia que va hasta una renuncia heroica: vivir otro amor fuera del matrimonio. Uno se siente pequeño y   pobre ante la grandeza de este amor. El testimonio que sigue es como para recibirlo de rodillas:

<< Me he reencontrado sola a los 31 años con dos hijos a mi cargo ( 8 y 9 años), sin ayuda financiera. No había respuestas a mis cartas, a los envíos de boletines escolares…Es duro. Una o dos veces al año, una visita de uno o dos días, eso es todo. Pero recibíamos a mi marido lo mejor posible, pues les enseñé a mis hijos a amar sin juzgar.

Pasaron así los años, con el deseo de mantener fielmente la imagen de la felicidad desaparecida. Pero con la separación de cuerpos vino también una toma de conciencia más profunda de no volver. En ese momento era más vulnerable. Se presentó otro hombre en mi vida.

Me proponía el matrimonio, el confort: era un hombre decidido que, al revés de mi marido, tenía fe, podía compartir conmigo algo más profundo y verdadero. Era abierto y aceptaba a mis hijos. Empecé a amarle( no era más que pasión, lo supe más tarde). No cohabitamos, pues él vivía aún en Alemania; pero nos escribíamos cada dos días. Mis cartas estaban llenas de alegría y de esperanza, después de duda, tristeza, del deseo de abandonar este proyecto de futuro.

¿Por qué no me sentía feliz? ¡ A causa de mi fe!

La fidelidad al sacramento del matrimonio había alimentado mi vida durante tanto tiempo, que renunciar a él me parecía un desgarro. Otros días me parecía que también era un desgarro abandonar este nuevo amor.

Este combate interior duró varios meses. Me encontraba perturbada y terminé por tomar una decisión. Conocía la postura de la Iglesia en relación con el matrimonio: si se vuelve a casar, no se puede ir a la comunión. ( Eso era antes, ahora se permite). Ahora bien, a mí me era imposible vivir sin Jesús. Para mí Jesús era el “VIVO” presente a mi lado.; tenía necesidad del alimento que él me daba en su Cuerpo y en su Sangre.

De pronto, comprendí que este Cuerpo sagrado era lo esencial de mi vida. El solo podía inclinar la balanza y la decisión que tenía que tomar.

Entonces, con el fin de saber si podría vivir sin recibir la Eucaristía, fui varios domingos a misa pero sin comulgar. Me dedicaba a orar mucho y hacer la comunión espiritualmente o de intención. Caí en la cuenta de que no podía pasar el resto de mi vida sin Jesús en la Eucaristía. Ir a comulgar a escondidas a una pequeña parroquia,¿ de que me iba a servir?. Mi amor en aquel tiempo era Jesús- Hostia, y ese amor quería vivirlo el domingo.

Entonces tomé una decisión: escribí mi carta de ruptura. El señor no se decepcionó demasiado: llegó a conocerme y dudaba un poco de mi elección, pero siguió esperando.

¡Cuántas gracias recibí con esta renuncia! Me es imposible decirlas todas. Lo que puedo decir es esto: nunca lo sentí. Y doy gracias al Señor por la ternura profunda que nació entre mi marido y yo>>(Wanda)

 

         Puntos para el diálogo

 

  1. ¿Cómo vivís los dos y los hijos la Eucaristía?
  2. ¿Vais regularmente a ella?
  3. ¿La dejáis sólo para las fiestas singulares?
  4. ¿Comulgáis con vuestros hijos?
  5. ¿Meditáis la Palabra de Dios sobre la Eucaristía?

 

 

        

 

 

 

                    CAPÍTULO IX

 

 

 

                 Escala de valores en una familia

 

 

Decía Clemenceau, político francés: “ Es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo”.

No debes quejarte nunca ante tus hijos del momento por el que atraviesa la sociedad.

Sabes de sobra que si no los educas en el seno del hogar, el consumo y los valores que el mundo actual les presenta al chico o a la chica, no son los más ideales y preciosos.

Esta escala de valores es una siembra lenta. No lo olvides. Pero siembra. Desde que son pequeños hasta que son jóvenes.

Por eso, amigos padres, es preciso que sepáis lo que ambos queréis para vuestros hijos. Y después de saberlo en la comunidad de la casa, reforzar vuestro valor para decirlo y exigirlo.

 

  1. El valor. El valor es clave en la vida del hijo/a. Si los educáis en el temor, les costará después vivir oxigenados, tranquilos y serenos, una vez que las dificultades de la adolescencia hagan acto de presencia en sus vidas.

 

  1. Seguimiento. Es curioso que mientras el hijo/a son pequeños, se les atiende en sus necesidades fundamentales. Los padres se sienten muy a gusto. Todo son recompensas: se muestran simpáticos, cariñosos y alegres. Pero cuando les llega la edad del “ pavo”, todo son dificultades. Los padres, muchos, empiezan a sentir el cambio en su cuerpo y en su forma de pensar y de criticarlos a ellos, a la sociedad y a los maestros.

Es justo en esta edad cuando hay que estar cerca de ellos para orientarlos, abrirles los ojos ante muchas realidades que son nuevas para su cuerpo y para su alma.

 

  1. Diálogo. Es muy importante dedicar a esta edad más tiempo que cuando eran pequeños. Necesitan de los adultos ahora más que nunca para sembrar en su mente criterios sanos que les hagan reaccionar ante el mundo de la calle, las amistades alocadas o peligrosas con las que se pueden juntar. No hay mejor tiempo que el que se pierde con los hijos a esta edad.

Muchos chicos y chicas de esas edades suelen decir a los maestros o personas adultas de confianza, que sus padres no los entienden. ¿ Será verdad? No se puede afirmar que tengan toda la razón, pero cuando la queja es generalizada habrá que prestar atención a lo que dicen.

Muchos se quejan de que no tienen confianza con los padres porque no están al loro de lo que pasa hoy a la juventud. Y puede que tengan parte de razón. ¿ Qué padre, además de escuchar a los hijos, lee libros sobre la marcha del mundo joven?

No os piden que hagáis sus cosas, sino que les comprendáis. Y comprender para ellos significa sobre todo y ante todo escucharlos en sus necesidades materiales y espirituales.

 

  1. Responsabilizarlos. Un tema que sirve de apoyatura a muchas críticas a la juventud actual. es su falta de responsabilidad. Sois unos padres magníficos, pero la gran preocupación que detectan los hijos, es que os preocupáis en exceso de tener muchas cosas, aun con detrimento de ser felices en el hogar.

La responsabilidad es la mejor respuesta que damos a una libertad auténticamente orientada. No seáis blandos. Mientras que no hayan cumplido son su deber, no ceder. Esto requiere mucha constancia.

 

  1. Exigencia. La constancia en exigir los deberes que tienen que llevar a cabo, es una tarea de los dos cónyuges. Es curioso observar cómo el chico o la chica saben buscar los puntos flacos del padre o de la madre para salirse con las suyas. Tened en cuenta lo que dice la señora Arconville:” El amor o la amistad que no exige nada ni se queja nunca es casi siempre un amor o una amistad débil”.

 

  1. Disciplina. El gran problema que os presentan a esta edad difícil de cambio, es la falta de disciplina. Fallan en los estudios, no porque sean torpes, sino porque les falta disciplina mental, concentración en el estudio. Es curioso hoy ver a muchos que estudian con los auriculares puestos o con la música de fondo o la TV. Se ha comprobado que, salvo excepciones, el chico atiende un poco a la materia que estudia y otro poco a la música. Total: fuerza cerebral dispersa.

 

Tenéis que exigirles disciplina. ¿Sabéis por qué? Porque es su mejor éxito personal. Lo afirma Truman Capote: La disciplina es la parte más importante del éxito”.

Da pena contemplar una clase de chicos/as adolescentes. Les cuesta concentrarse un montón en las explicaciones del profesor. Tienen una mente muy dispersa. Se pasan 6 horas en el banco de la escuela, instituto o colegio y, sin embargo su aprovechamiento es sólo de un 20%. El resto tienen que hacerlo en casa, pero como no han estado atentos a las explicaciones, ahora les cuesta horas y horas ponerse al tanto. Normalmente, se puede decir que no es posible aprobar. Y la prueba es la inmensa cantidad de suspensos que hay entre ellos y ellas( éstas, menos).

En casa tiene que haber disciplina. Otro escritor americano afirma a este respecto: “ Para ser grande hace falta un 99 por 100 de talento, un 99 por 100 de disciplina y un 9 por 100 de trabajo”.

( Falkner William).

 

 

  1. Respeto. Hay muchas quejas en el mundo actual acerca de la falta de respeto de cierta juventud. Desde luego, como no encuentren en la casa un contrafuerte que haga resistencia a la gran influencia que tiene la calle sobre el hijo/a, os va a costar mucho que no asimilen lo malo de la sociedad. Sabéis que es una edad en la que se dejan influencia mucho y, a veces, más por lo negativo que por lo positivo.

Tenéis que sentaros a hablar muchas veces acerca de su comportamiento en casa y fuera de ella, para que no haya dicotomía en sus personas. La confianza que se logra con el diálogo y la apertura al mundo afectivo, amical, estudiantil son claves para que tengan un vocabulario correcto y para que puedan presentarse ante cualquiera sin miedo a que digan una patochada que han aprendido en la calle, en el pub, la discoteca o con la pandilla de amigos.

Tenéis que haceros respetar en casa. Y no dejar pasar una. Cuando ven que sois intransigentes, ( pero tolerantes en el diálogo y en los valores), entonces se dan cuenta en seguida y recapacitan. Nunca les riáis las gracias cuando digan palabrotas, sobre todo cuando son pequeños.

El filósofo Francis Bacon dice:” El respeto a sí mismo es, después de la religión, el freno principal de todos los vicios”

No creáis que lo saben todo. Se debe educar en las formas, en la urbanidad y cortesía. Podéis ponerles muchos ejemplos: dejar la acera al anciano, el asiento del autobús a la persona mayor, no hablar mientras otro lo hace…

 

 

  1. Sacrificio. Joaquín Azpiazu dice:” El amor es sacrificio, no egoísmo; quien busca en el amor su propia complacencia va tras lo que ansía loca e irracionalmente: es egoísta”.

 

Afirmación de muchos padres: “ No quiero que mi hijo/a sufra lo que yo sufrí a su edad”. Falso, aunque se haga con la mejor buena voluntad del mundo. El hijo/a que no tiene ninguna privación, sino que lo tiene todo, no madura en su personalidad. Por eso es frecuente ver hoy a mocetones hechos y derechos que tienen una edad psicológica inferior a la edad cronológica.

El bienestar no crea nunca fuertes personalidades. Para tener éxito en la vida y sentirse plenamente feliz, hay que saber renunciar a muchas cosas.

La gran frustración que sienten algunos chicos y chicas es ésta:” Mis padres me lo dan todo, excepto a sí mismos”.

Educar en el bienestar como bien supremo es como cortarles las alas para que ellos aprendan a volar por sí mismos.

Recuerda lo que decía Carles Hodding, periodista americano:” Solamente dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, las raíces; otro, alas”.

Y vosotros, sin embargo, os matáis por dejar mucho dinero, el piso puesto para cuando se casen, la mejor boda, la más lujosa de las primeras comuniones…Y ellos, sabiendo esto, se dedican a gastar y a fundir el dinero.

Más que dedicarse a acumular riquezas para dejarlas a otros, gastad el dinero en vida para que tengan una buena educación.

Te parecerá fría y dura la afirmación del periodista. Si la piensas bien, no lo es. El periodista americano no era ningún tonto.

 

  1. Religión. Un ministro de Educación fue a visitar una escuela salesiana cuando vivía san Juan Bosco. Se quedó admirado al ver el orden, la amistad, el compañerismo y la cordialidad entre todos los jóvenes.

Se acercó al santo y le preguntó:¿ Cuál es el secreto de este ambiente para que lo lleve a Inglaterra?

Don Bosco, mirándole los ojos, le dijo: El mundo religioso. Estos jóvenes hablan con Jesús como con su amigo; quieren mucho a la Virgen Auxiliadora. Las otras dos columnas sobre las que se apoya mi sistema educativo son el amor y la razón. Quien no ama no puede ser padre ni educador. Progenitor lo es cualquiera. La razón busca dar razones al joven para que sepa vivir por sí mismo sin la vigilancia de nadie.

Esta sociedad en la que vivimos, se jacta de ser indiferente o atea. Pasa olímpicamente de la religión, de Dios, de la Iglesia, de las instituciones…de todo menos del consumo absurdo y placentero.

Cuando el niño llega a adolescente, comienza a pensar en todo. Deja la práctica y vivencia religiosa.

¿Por qué has dejado de vivir la religión?, le he preguntado muchas veces a muchos jóvenes. La respuesta, en la mayoría de los casos, ha sido ésta: “Si mis padres no van, ¿por qué voy a ir yo? No debe tener mucha importancia cuando ellos no van nunca”.

Sí que van a los horoscopistas, quiromantes…, psicólogos, psiquíatras… Esa es ahora su religión. Es lo que decía Burke Edmund, el político inglés: ”La superstición es la religión de los espíritus débiles”. Los psicólogos y psiquíatras no son especialistas en temas del alma ni en la religiosidad trascendental”.

O bien lo que afirmaba su compatriota Carl Caleb Colton: Los hombres reñirán, escribirán, lucharán, morirán   por la religión; todo excepto vivirla”.

Una educación sin el soporte ético, moral y religioso no tiene consistencia.

Un Estado donde la religión es prohibida, se olvida o no se practica, nunca puede ser bien gobernado.

Esto mismo se puede aplicar a la familia.

Para este mismo valor, ve el pilar 4º de la familia, en el Capítulo VIII.

 

  1. Equilibrio. Una queja bastante frecuente de los chicos y de las chicas, es que les molesta mucho veros discutir en alta voz, enfadaros, gritaros, insultaros…ante ellos. Comentan que habéis perdido el equilibrio en vuestras relaciones de padres.

Es así como surgen o se hacen chicos/as irascibles, enfadadizos, descontentos, insatisfechos, frustrados…No hay cosa que peor les siente que les deis voces o gritos. Vale más la dulzura que el vocerío.

¿No chocáis a menudo por menudencias? Ya sabéis que el choque de las opiniones contrarias hace desaparecer los visos de la verdad.

Habla a solas con tu hijo/a. Contadle vuestros problemas de padres. Ya no son unos críos. Si tenéis la humildad de reconocer vuestros fallos ante ellos, se sentirán aliviados y hasta os ayudarán a superar las crisis.

Decía Jules Berger:” La paz verdadera no es únicamente el equilibrio de potencias sino esa gran alegría de vivir en la amistad o en el amor”.

O la idea de Claude Levy- Strauss:” La autoridad es el equilibrio de la libertad y del poder”.

Por tanto, si los padres ostentáis el poder, debe brillar en vosotros un gran equilibrio, síntoma de vuestra madurez.

Hay padres que envejecen pero no maduran.¡ Vaya por Dios!

 

Puntos para el diálogo

 

  1. ¿ Qué valores transmitís a los hijos?
  2. ¿Os detenéis de vez en cuando para examinar vuestra obligación fundamental?
  3. ¿En qué valor soléis fallar más a menudo?
  4. ¿Reconocéis vuestro errores ante los hijos?
  5. ¿Mantenéis la autoridad unidos a una?

 

 

 

 

 

                                       CAPÍTULO X

 

 

 

 

                                                                   

Los binomios de muchos jóvenes

 

 

 

             Calle = Evasión. Derechos =”Mi yo”. Pasta = a costa de…

Casa = pensión. Pandilla = relación.

 

 

 

El mundo del joven vive varios binomios que configuran su personalidad, mejor o peor estructurada. Depende de su implicación o no en estos binomios.

 

  1. Calle = evasión

 

Si los padres salieran con sus hijos, no solamente cuando son pequeños, sino también cuando son jóvenes, la calle no se convertiría para ellos en una simple y pura evasión de casa.

No digo que vayáis con ellos todos los fines de semana. De vez en cuando no estaría nada mal.

¿Por qué no encuentran en casa la diversión que necesitan? Sí, ya sé que a su edad quieren verse con los amigos en la calle para divertirse o para montárselo bien. La diversión no es mala en sí misma. ¡Ay de los pueblos que no saben divertirse! Se morirían da aburrimiento.

Pero lo serio es plantearse por qué al joven le quema el hogar. Puede que sea porque no se siente escuchado, porque no toma parte en las decisiones familiares, porque no le dedican tiempo, porque tan sólo le exigen estudio, porque no se siente bien a causa de las riñas de los padres…

Esta evasión, a veces desenfrenada en bebidas, en trasnoches, en relaciones superficiales con la chica o el chico causan cada vez más la necesidad de volver a vivirlas o repetirlas, aunque- repito- sean muchas de ella superficiales.

Naturalmente, estas relaciones superficiales los marcan y, de este modo, al comienzo de la semana, no hay quien les arranque a trabajar. Están descentrados. La cabeza, en lugar de estar en lo que tiene que estar, sueña en lo vivido placenteramente. Lo físico sigue un rumbo a su aire, desconectado de toda regla racional, de toda norma moral y espiritual. Por tanto, no podéis quejaros de la indiferencia religiosa, política…Ellos van a su bola.

  

  1. Derechos = “mi yo”

 

Esta sociedad del placer, del hedonismo, del pasárselo bien a toda costa, le ha enseñado al joven un montón de derechos, separados de las obligaciones.

Es fácil, en las clases o en el trabajo, comprobar el dominio que tienen de sus derechos. Los saben de memoria. No se les puede gritar, no se les puede reñir…A menudo suelen decir a los padres:” No os pedí que me trajerais al mundo. Ahora aguantaros. Tenéis derecho a vestirme, a darme la pasta que necesite para mi evasión. Si no lo hacéis, me largo de casa”. Es un chantaje perfectamente montado para sacar de los padres lo que quieren.

Los derechos =“soy yo”.

Y ocurre que de esta manera, el chico crece en un mundo de comodidades, aunque en casa no haya nada más que el sueldo del padre y, a veces, el de la madre.

El “yo” sigue creciendo en años, pero en su interior sigue infantilizado. Y cada vez exige más dinero para vestir ropa de “marca”, para tener la música que acaba de salir al mercado, la moto o el coche para su trabajo o para ir al centro de estudios.

Cuando se les contraría en algo que afecte a su “yo egoísta”, saltan enfurecidos, gritan a los padres o a cualquiera que les contradiga. A quienes no sigan su “rollo” les llaman “ carrozas, carcamales” y otros apelativos propios de su “jerga”.

        

  1. La pasta = a costa de los padres

 

 

            Esta sociedad de consumo está montada de tal manera que el gasto se ha convertido en algo fundamental. Quien no gasta es un desgraciado y una señal de que es pobre. No se puede aparentar ser pobre en esta sociedad. Se ve mal.

Hoy vale mucho más el “tener que el ser”.

Y ahí están los padres trabajando horas extras para que haya más dinero, para gastar más.

Los jóvenes desaprensivos no miran el trabajo de sus padres. Ellos tienen que tener como los demás. Ya que me han traído al mundo, que se las arreglen. No puedo ser menos que mi amigo.

Y esta filosofía de pacotilla ha penetrado en los padres. Gozan viendo que su hijo alterna y se divierte como los ricos. No escatiman ahorros para que la primera comunión de su hijo/o sea tan lujosa como la del rico. Se gastan 50.000 pesetas en el vestido de la niña con toda naturalidad. Aunque sea pidiendo un crédito en el banco.

Para los padres y para los hijos, este afán desmedido está surcado muchas veces por riñas, peleas, ausencias e incomprensiones. Es normal. Piensan los hijos que el dinero viene del cielo. No les importa, por otra parte, el sacrificio que supone para los padres ganarlo. Les da igual.

Si les buscan un trabajo, pronto lo dejan porque saben que en casa tienen la comida, la habitación asegurada y el dinero necesario para divertirse a costa de la salud de los padres.

 

  1. Casa = pensión

 

Son las últimas palabras que acabas de leer. Salen corriendo de su casa para irse a su “rollo”. No paran en ella para hablar con los padres. Si estos les piden un rato de charla, en seguida saltan con el sanbenito de su “jerga”: a mí no me comáis el coco o el tarro. Dejarme ya. Vivís en otro mundo,” viejos carrozas”.

¡Qué gran dolor para los padres! Y ellos van a su aire. No les piden otra cosa que dinero para pasarlo bien fuera de la pensión. Sí, es una pena. En muchos hogares se ha perdido el diálogo, la tertulia, la velada. El centro de la vida hogareña es el televisor. Es él quien marca las pautas de las horas que se pasan juntos codo a codo , físicamente, porque a nivel comunicativo la cosa no marcha.

 

  1. Pandilla = relación y comunicación

 

 

Es normal que el joven, a medida que va creciendo, ensanche el círculo de sus relaciones.

Toda relación auténtica enriquece la vida del joven en sus diversas facetas. Pero corre el riesgo de que, al estar sólo con gente de su edad,- todos piensan lo mismo -, inconscientemente van dejando “aparcados” a todos aquellos que no piensan como ellos. Se creen los descubridores del mundo, los que poseen la verdad de las cosas.

La relación con la pandilla les causa satisfacciones: se encuentran a gusto con ellos y ellas. Es todo un ambiente de fascinación que les atrae con una fuerza tan intensa que anhelan que llegue el fin de semana para vivirlo de nuevo.

De ordinario, las pandillas configuran más la personalidad mala o buena de los hijos que muchas familias que los han dejado por imposible. “Mira, es mejor que les demos lo que nos pida con tal de que nos deje tranquilos”.

La pandilla, formada por gente de la misma edad, se inicia hoy muy pronto en echarse una amiga o amigo.

Se vuelcan de tal modo en esta relación, que olvidan todo lo demás con tal de sentirse a gusto al lado de quien le gusta por su físico.

Es curioso, por otra parte, la facilidad con que rompen estas relaciones de diferente sexo. Se cansan pronto. Una buena parte va derecha al “ rollo”. Y cuando alguien con su propia dignidad y personalidad se les resiste, la/lo tildan de tonto, beato o trasnochado.

La razón no es otra que el placer, el hedonismo desenfrenado en todos los aspectos de la vida.

Los padres deben saber con quiénes salen los hijos/as. Las compañías a esta edad tienen una gran influencia en ellos/as. Habrá, por tanto, que hablar a solas con el hijo o la hija para que aprenda a saber cómo se relaciona, qué dice, a quién se lo dice y cómo se lo dice.

 

Panorama real, aunque un tanto pesimista

 

Ante este panorama de los binomios, os planteo una pregunta: ¿Cómo intervenir educativamente?

 

Intervención educativa de los padres ante estos binomios

 

Os voy a dar un decálogo de intervención educativa. Puede que os sirva.

  1. Acercarse a los jóvenes tal como son. No hay que pretender caer simpático, no hay que maquillarse de joven marginal o de padre o madre “amigo/a o moderno/a. ”Ante todo y sobre todo sois padres. Dejaros de tontadas.

Los chicos necesitan gente auténtica que se presente ante ellos sin ningún tipo de miedo o de prevención.

 

  1. Creer siempre en cada joven y en su posibilidad de cambio. Somos testigos del Resucitado ( si sois creyentes) y, por tanto, creemos siempre que en cualquier situación, hay en la persona más vida que muerte. Hay que “resucitarla”.
  2. Interesarse por toda la vida del joven. No sólo por su situación académica o laboral. Don Bosco no optaba por algunas horas de vida de los chicos; optaba por la totalidad de la vida.
  3. Asumir el conflicto como algo necesariamente normal. Acercarnos a personas con vidas rotas lleva a entrar en situaciones incómodas. Estos conflictos, bien enfocados, educan.
  4. Animar a la reflexión sobre sí mismos. No somos “animadores culturales”; somos educadores/as y padres. Educar ( ex – educere) significa “conducir hacia fuera”, no meter ideas solamente, sino sacar lo que hay de bueno en cada persona.
  5. Desde el tiempo libre, como Don Bosco, podemos encauzar las necesidades de los jóvenes, sus recursos y nuestras respuestas.
  6. Vivir en actitud de aprender de ellos, confiar, esperar y crear.
  7. Procurar ser lo que debemos ser, lo que esperan de nosotros.
  8. Trabajar a partir de sus gustos, de sus posibilidades y realidad, no desde la meta a la que queremos llegar.
  9. Vivir desde la esperanza y crear esperanza en estas situaciones, su fuerza favorece la creatividad en la entrega.

                                       .El trabajo, la amistad y la ilusión siempre ayudan a crecer.

 

Pienso que con este decálogo, llevado a la vida diaria en el hogar, encontraréis motivos y razones para que vuestra labor de padres sea profunda, adecuada y responda a las necesidades de vuestros hijos. Llenaros de paciencia y buen humor ante sus impertinencias.

Tratad a cada uno de forma diferente. No son clónicos. Respetad su vocación. No se la impongáis. Estimularles más que con palabras, con vuestra madurez y visión positiva de la vida, hoy. No seáis unos “ quejicas”.

Ellos/as deben ver en vosotros personas que sean modelos de identificación. Si no lo sois, lo buscarán en la calle.

Es impresionantemente bello y hermoso el trabajo educativo de los padres.

Entregaos a esta misión más con el corazón, la rectitud y el orden que con decir simplemente que son hijos de vuestra carne y sangre.

“Los hijos son lo que los padres han hecho de ellos.” No es la carne y la sangre, sino el corazón lo que os hace padres e hijos.”

 

 

Puntos para el diálogo:

 

                                       Cualquiera de los puntos del decálogo.

                                       A vuestra elección.